No entiendo por qué hubo quienes se pusieron nerviosos o inquietos, inclusive incurrieron en la especulación inmediata, dentro y fuera del PAN, por el hecho de que el dirigente nacional Ricardo Anaya declaró que ha saludado y mantiene diálogo y comunicación con Enrique Alfaro Ramírez.
Los nerviosos e inquietos, al parecer, únicamente leyeron esa parte de la entrevista que concedió Anaya en su visita a Guadalajara el martes pasado.
Ricardo Anaya declaró:
“Efectivamente lo he saludado (a Alfaro) en muchas ocasiones, es alguien con quien tenemos diálogo, con quien tenemos comunicación. Él, además de jugar un papel importante aquí en el estado, juega un papel importante en la política a nivel nacional”.
Al parecer estos es únicamente lo que leyeron los nerviosos e inquietos quienes ya ven a Alfaro como candidato del PAN a la gubernatura.
Pero luego, precisamente sobre una posible alianza electoral con el alcalde de Guadalajara, Anaya dijo: “No tenemos ningún acuerdo al respecto ni tampoco hemos llegado a nada concreto”.
Lo que también al parecer no leyeron luego quienes se  “apanicaron” con la declaración anterior, fue lo siguiente:
“Vamos a repetir la fórmula de 2016 y la fórmula es muy simple: escuchar al partido en lo local, no imponer desde lo nacional. Una vez que pasen las elecciones de 2017, aquí en el estado de Jalisco el presidente del partido va a convocar al Consejo Estatal y será el Consejo Estatal el que defina la política de alianzas, no la vamos a imponer desde el Comité Ejecutivo Nacional”.
¿Por qué no creerle a Ricardo Anaya? Y en este sentido, si nos atenemos al perfil de los integrantes del Consejo Estatal del PAN me atrevo a augurar que nunca aprobarían ir en alianza con Movimiento Ciudadano y mucho menos que Enrique Alfaro sea su candidato a la gubernatura.
Y no es mera intución, sino que basta remitirnos a lo declarado hace algunos días por el ex gobernador Francisco Ramírez Acuña y que abordé en mi columna Entre Semana el pasado viernes 9 de septiembre titulada: “FRA: campaña vs alianza con MC”.
En una entrevista concedida a un semanario, Ramírez Acuña declaró respecto a este tema:
“No debemos hacer alianza ni con Movimiento Ciudadano ni con el PRI, somos adversarios naturales. Pero si a nivel nacional el Comité Ejecutivo Nacional hiciera alianza con el PRD, a lo mejor tendría que hacerse algún tipo de alianza con los mismos.
“Pero definitivamente con Movimiento Ciudadano no. Y si alguien intentara realizarlo, seríamos muchos los que estaríamos haciendo campaña en contra de esa alianza. No lo podemos permitir porque MC como partido político hizo un mal trabajo.
“Hasta en política tiene que haber protocolos, hay que manejar la caballerosidad y, sobre todo, evitar esto, pues ‘arrieros somos y en el camino andamos'”.
Así, pues, de entrada, no sé si encabezada o no por el ex secretario de Gobernación, Ramírez Acuña, ya existe dentro del PAN una corriente que no sólo se opone a una alianza con MC sino que ya tienen decidido emprender una campaña en contra de dicha alianza, campaña que sin duda tendría resonancia nacional.
Y miren que si Ricardo Anaya busca ser candidato presidencial de su partido -o aún Margarita Zavala o Rafael Moreno Valle-, no creo que le convenga una rebelión pública de un importante sector del PAN en Jalisco que, sin duda, sería un fuerte “golpe” para sus aspiraciones.
En la misma entrevista, Ramírez Acuña auguró que aún hay varios militantes panistas que saldrán del partido, y quizás sean quienes impulsan y promueven la idea de que Alfaro sea su candidato, y su salida obedecerá a que no les serán satisfechas sus pretenciones.
Así, pues, que no se hagan especulaciones sobre simples declaraciones de cortesía del dirigente nacional Ricardo Anaya, porque la contundencia está en la postura firme de muchos panistas jaliscienses de no permitir una alianza de su partido con Movimiento Ciudadano y, mucho menos, de estar pidiendo el voto a favor de Enrique Alfaro.
Y es que una alianza del PAN con MC y con Enrique Alfaro como candidato, prácticamente borraría del mapa político al primero, sin ignorar que éste último sería perseguido durante su campaña por la sombra de Sergio “N” (Schmidt), lo que terminaría por hundir al panismo jalisciense.
Al tiempo.