Conocedores de los entramados del sistema político mexicano -y por ende con vigencia en Jalisco- se muestran extrañados del por qué una política que supuestamente fue formada dentro de este sistema y como militante del partido que lo creó, el Revolucionario Institucional, cometió crasos erorres que hoy la tienen con la “espada de Damocles” sobre la cabeza.
Elisa Ayón Hernández, diputada, regidora, militante del PRI por décadas, hoy enfrenta un juicio político que sin duda concluirá con su destitución del cargo como edil en el Ayuntamiento de Guadalajara y una suspendión por equis número de años para volver a ocupar algún cargo público -ya sea de designación o elección popular- o administrativo.
Ese sistema que la formó como política le dio una primera oportunidad que no supo aprovechar. Su arrogancia le ganó, enfrentó a ese sistema y lo retó. Hoy este sistema que mucho le dio y al que ella más le debe, le da una segunda oportunidad.
Pero tengan la seguridad que no habrá una tercera…
Si Ayón Hernández se atreve a desafiar nuevamente a ese sistema, podría terminar en la cárcel.
Hay quienes quisieran que las autoridades actuarán ya penalmente en contra de Elisa Ayón, pero hay que reconocer que no se trata de gustos ni de mera percepción o creencia, sino que para sancionar de esa manera a alguien deben de comprobarse debidamente los delitos de los que se le acusa y, hasta el momento y por lo que se sabe, esto no ha sucedido en el caso de la aun regidora con licencia.
Hasta el momento, el Congreso del estado no ha recibido solicitud alguna de la Fiscalía General para que la regidora sea sometida al desafuero, pues precisamente no se ha encontrado elementos para actuar penalmente en su contra…
Pero esto queda pendiente aún y podría encontrarse…
Sin embargo, los elementos para actuar políticamente en su contra ahí están y eso ha llevado a la Comisión de Responsabilidades, que encabeza el panista Juan Carlos Márquez, a incoarel juicio político en contra de Ayón Hernández y ahora se darán a la tarea de analizar y definir la sanción a la que se hace acreedora.
¿Qué la pasó a Elisa Ayón, una priista formada por el sistema que ella muy bien conoce, que no supo leer, no quiso leer o no entendió las señales políticas que le fueron enviadas en su momento?
Cuando se le solicitó pidiera licencia a su cargo y fue destituida como secretaria general del PRI en Guadalajara, la señal fue: retírate, guarda silencio, entiende las “reglas no escritas” del sistema y asume la responsabilidad en este caso. En ese entonces, la Fiscalía general dijo no tener nada en su contra.
Mal aconsejada o en un día que se levantó con el pie izquierdo, osó retar al sistema y amagó con querer regresar a su cargo sin tener la anuencia del sistema, simplemente porque la investigación en su contra aun no concluía.
Entonces el sistema le envió un segundo mensaje: su suplente interpuso un proceso administrativo para que no regresara y su partido dio a conocer que ya tenía dos solicitudes que pedían su expulsión del partido, mientras la Fiscalía General reveló que tenía ya dos denuncias en su contra, aun no ratificadas…
Sin embargo, días después, la Fiscalía la llamó para que compareciera… y lo hizo, mientras su partido aceleró el proceso de expulsión.
Luego, envalentonada por iniciativa propia o animada por terceros, llegó al Palacio Municipal y por la fuerza, con vidrio roto de por medio, ingresó a su oficina, se atrincheró y hasta se quedó a dormir, mientras le tramitaban algunos amparos ante las autoridades federales… que no le fueron otorgados.
Resultado de ésta última acción, hoy la Comisión de Responsabilidades dio entrada e incuó el juicio político en su contra, que se guramente concluirá con su destitución e inhabilitación, con lo que se registra la segunda oportunidad que le da el sistema para que entienda que es ya una persona “non grata” en la política local.
Ante este escenario la pregunta es: ¿Habrá entendido Elisa Ayón la lección o volverá a retar al poder y al sistema, con todo el riesgo que ello conlleva?