En aquella entrevista que hice a Eugenio Ruiz Orozco a finales de enero de 2009 cuando anunció su retiro de la política en lo que se refería a buscar cargos de elección popular, le pregunté si habían quedado cerradas las heridas de aquella derrota por la gubernatura en 1994, y respondió:
“No, es que no hubo heridas. Yo sé lo que pasó, por quépasó y cómo pasó. ¡Qué caray! ¿Cómo me puedo sentir con una sociedad que por muchos años me dio su confianza? Me hizo presidente municipal, me hizo senador, me hizo diputado local… ¿Cómo te vas a pelear con esa comunidad si es la tuya, la que te dio la oportunidad de crecer? No, no… no hubo heridas. Yo no tengo ni una sola herida y mi familia tampoco”.
¿Sientes el peso de la carga histórica de la derrota?-, le cuestioné.
– En eso fui pionero,¡ Ja, ja, ja, ja…! No, no, no… Yo buscaba una oportunidad para gobernar este estado. No se dio, pero en esto no hay culpables, son acontecimientos de carácter político que se dan. Lo importante es saber si la sociedad ahora es mejor y si sus problemas se han resuelto.
¿Entonces podemos considerar “muerto” o “vivo” al grupo político de Eugenio Ruiz Orozco?
– ¡Es que ese es otro de los grandes cuentos! ¿Cuál grupo político de Eugenio Ruiz Orozco? Yo no tengo vocación de cacique, jamás he tratado de decidir por nadie que no sea mi persona. Yo no tengo grupo político, yo tengo amigos y los respeto. Yo no formo parte de grupos, camarillas ni mafias de ningún orden”.
¿A qué viene la referencia de lo dicho en aquella entrevista por Ruiz Orozco? Bueno, a que como le sucedió a Rafael González Pimienta en 1995 que como presidente del PRI le “tronó” la primera derrota por la gubernatura y en 2012 la recuperó al estar otra vez al frente del partido, ahora Eugenio como delegado regional tiene la oportunidad de “sacarse la espina” de hace 20 años y con esa responsabilidad ser parte de la construcción de un posible triunfo en 2018.
Y es que si bien su primera gran tarea será trabajar con los priistas de Colima en la búsqueda de ganar la elección extraordinaria por la gubernatura, posteriormente la asignatura que tendrá pendiente será participar en el proceso de renovación de la nueva dirigencia del partido que releve a la que actualmente encabeza Hugo Contreras Zepeda.
¿O será posible que Manlio Fabio Beltrones le instruya no meter las manos en la renovación del comité estatal de Jalisco, dejándole toda la operación al gobernador Jorge Aristóteles Sandoval, cuando lo que estará en juego es una elección concurrente en la que las decisiones se tomarán en el CEN y por quienes sean los candidatos a la presidencia de la República y a la gubernatura en 2018?
Más bien hay que plantear de otra manera la pregunta: ¿Hasta dónde será la intervención de Ruiz Orozco en la renovación del comité estatal del PRI, que será la responsable del proceso electoral de 2018?
¿La designación de Eugenio como delegado regional del PRI -haya sido con la intervención o no de Arturo Zamora y Ramiro Hernández o por decisión directa de Beltrones-, será acaso el mensaje del CEN de que el sucesor de Hugo Contreras será ajeno al equipo cercano del Mandatario estatal?
¿Acaso se comenzará a trabajar en el perfil del nuevo dirigente estatal, basado en dos o tres perfiles de quienes podrían ser los aspirantes a la gubernatura?
Nada de esto hay que descartar. Todo a su tiempo.