Ayer concluyeron las campañas para la elección extraordinaria de gobernador en Colima y no sólo comenzó la cuenta regresiva para los aspirantes sino para un hombre que el próximo domingo podrá recibir en Jalisco aplausos o rechiflas tras su regreso a la política con un cargo de responsabilidad partidista: Eugenio Ruiz Orozco, delegado regional del PRI.
Su notable ausencia pública de tierras jaliscienses nos hace creer que se ha concentrado de tiempo completo en coordinar el trabajo de campaña con el equipo del candidato priista a la gubernatura, José Ignacio Peralta Sánchez, y la dirigencia estatal de su partido. Y es que todos ellos tienen la encomienda, por no decir obligación, de ratificar el triunfo que Peralta obtuvo por un corto margen en la elección ordinaria del año pasado sobre su más cercano perseguidor, el panista Jorge Luis Preciado.
Más allá del triunfo electoral del PRI, en general, y de Ignacio Peralta, en particular, la elección extraordinaria del próximo domingo reviste para Ruiz Orozco una importancia muy personal porque sería su regreso triunfal a la actividad política con una encomienda muy particular del dirigente nacional de su partido, Manlio Fabio Beltrones: ganar la gubernatura en aquellas entidades que conforman la zona occidente.
Durante muchos años, Ruiz Orozco estuvo alejado de la actividad política con un cargo partidista. Participaba en su calidad de consejero estatal en las sesiones de su partido, pero nada más. Esos años fuera del “redondel” no menguaron en él sus aspiraciones de volver a la política activa, más allá de cumplir con su tarea como simple militante del tricolor.
Dicen que el que persevera, alcanza, y esto le sucedió a Eugenio Ruiz.
Son varias las versiones que explican cómo fue que Beltrones decidió invitarlo a ser el delegado regional en esta zona del país, con Jalisco entre las entidades a su cargo, pero “haiga sido como haiga sido” le llegó la oportunidad de demostrar que la vocación política sigue corriendo por su sangre, aunque será el domingo cuando confirmemos si su trabajo en el equipo priista en Colima valió o no la pena… para lograr la victoria.
Sería mucho decir que si Nacho Peralta pierde, es porque Ruiz Orozco no fue un buen delegado. Por supuesto que no, pero sin duda sería corresponsable de la derrota como lo sería de la victoria. Si en Colima el PRI pierde, con ese sello continuaría su trabajo en otras entidades en las que este año habrá elección ordinaria y no sería una muy buena carta de presentación.
Pero si gana, no dude usted que Eugenio Ruiz Orozco andará como “niño con juguete nuevo”, pues aunque sus años de experiencia le darían la serenidad para no “marearse” ni lanzar las “campanas a vuelo”,  la victoria de Peralta Sánchez le servirá como una muestra de que precisamente esa experiencia puede ser aún aprovechada por su partido en futuras tareas… aquí en Jalisco.
Al tiempo.