Mientras aquí algunos diputados andan más preocupados por satisfacer los caprichos de algunos de sus iguales -“apanicados” por la ciudadanización”- integrando un inútil Comité de Evaluación, ajeno a la legalidad, para evaluar -no saben cómo- a los aspirantes a ser consejeros electorales, a nivel federal ya se “cocina” la desaparición de los órganos electorales locales.
Mientras aquí descaradamente los diputados dicen una cosa y hacen otra -“no a las cuotas de partido en el IEPC, pero aquí va nuestra propuesta”-, a nivel federal se propone que un sólo órgano electoral organice y realice las elecciones federales y estatales para evitar las cuotas partidistas y “amarrarle” las manos a los gobernantes en turno.
Ayer el dirigente nacional del  PAN, Gustavo Madero, anunció que su partido presentará una iniciativa de reforma constitucional para transformar al Instituto Federal Electoral en el Instituto Nacional Electoral y sustituir también a los institutos electorales estatales, así como fiscalizar la procedencia de los recursos de los partidos y sus candidatos, tanto en elecciones federales como locales.
Esta iniciativa debieron de haberla presentado hoy los legisladores del PAN en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión.
Vale subrayar que este tema no es nuevo, pues es uno de los considerados dentro del Pacto por México y en el que al parecer coinciden el PAN, PRI y PRD, y de llegar a concretarse habría que esperar si entra en vigor para el proceso electoral del 2015, pues hay tiempo para ello y difícilmente advertimos que alguien pueda oponerse a su ejecución.
Ante este escenario muy posible de realizarse, los diputados locales deberían de preguntarse: ¿Y qué haremos con los consejeros electorales que elegiremos a más tardar el 31 de este mes de mayo?
Por el momento, están obligados a elegir a los próximos consejeros electorales que deben asumir su cargo el uno de junio porque así se los mandata la ley. Y es cierto que tampoco están obligados a predecir el futuro para saber si desaparecerán o no los órganos electorales locales.
Sin embargo, ante esta posibilidad -“cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”- deben de actuar con precaución y advertir qué hacer en caso de que los consejeros a elegir tengan que ser “finiquitados” antes de concluir el período por el que serían electores, que es de tres años.
Hay quienes se preguntan si quienes sean electos consejeros electorales y en el lapso de su gestión desaparece el IEPC, ¿serán indemnizados con sus salario y demás prestaciones por los años por los que fueron electos? Y miren que no ganan poco.
Además, si dentro de la reforma política se decide reducir el sueldo a los consejeros, a quienes sean electos ahora no se les podrá aplicar esta medida de manera retroactiva.
Vamos, este comentario lo dejo… por si las dudas.