A unas horas de iniciar la campaña para ser gobernador de Jalisco, Miguel Castro Reynoso recibe un golpe político que puede ser devastador para sus aspiraciones.

Este miércoles empezó a circular el rumor de la salida de Héctor Pizano de la dirigencia del PRI Jalisco, y la llegada de Ramiro Hernández como delegado en funciones de presidente, bajo el supuesto de que tal situación mejorará la campaña de Miguel Castro.

Un movimiento así en la dirigencia del PRI Jalisco en este momento afectaría las campañas del este partido, pues perdería al único presidente que de los últimos tres más recientes ha logrado el apoyo de las bases, reactivando el decaído priismo jalisciense.

Héctor Pizano es el único de los tres más recientes presidentes del PRI que ha llegado con un equipo sólido de trabajo, lo que le ha dado resultados, reconocidos incluso a nivel nacional.

A diferencia de sus antecesores, Pizano es un tribuno acostumbrado al debate, lo que le permitió al PRI volver a ser considerado partido de oposición, además de marcar agenda por semanas consecutivas en lo político.

En el último año mencione usted los nombres de dirigentes de partidos que destacaron a nivel local… Revise la prensa, googlee en busca de información, solo encontrara el nombre de Héctor Pizano con información de trabajo destacado.

El mejor apoyo que Miguel Castro puede recibir de su partido es el trabajo conjunto con Héctor Pizano, aprovechando el temperamento del presidente del partido que en este momento requiere la campaña difícil que viene, y el equipo de trabajo sólido que responde a Pizano y le falta a Castro.

Una mala señal para la membresía priista sería también el saber que hace casi dos semanas, candidatos -entre ellos Miguel Castro- y operadores políticos de Casa Jalisco, cerraron filas a favor de la unidad con Héctor Pizano. Sí después de ese acto, los acuerdos no se respetan… ¿Qué puede esperar un miembro de los acuerdos de su partido?

Por otro lado, pensar en un cambio de dirigencia involucra considerar el viaje del “delegado en funciones” a los 125 municipios para presentarse y lograr el apoyo de los miembros del partido; es decir, tiempo, que es lo que menos le queda al PRI, a menos que vaya a despachar desde Calzada del campesino sin tomar en cuenta a los miembros del partido.

El trabajo de apoyo que necesita Miguel Castro por parte de su partido requiere equipo, un “delegado en funciones”, requerirá tiempo para adaptarse, tiempo para acomodar su equipo -si lo tuviera-, a estas alturas del proceso electoral se supone los grupos políticos ya colocaron a sus mejores hombres en puestos de elección… ¿Con qué equipo jugará el “delegado en funciones”? ¿Con el equipo de Héctor Pizano?

Algo que me llama la atención de que se mencione el nombre de Ramiro Hernández como el líder que será designado “delegado en funciones”, es el hecho de que “el ingeniero” no fue considerado en ningún puesto de elección, yo creo que por algo será.

El último problema que deja en el PRI Jalisco y su candidato a gobernador, un cambio de presidente de partido a estas alturas, es el sospechosismo de una transición pactada donde más que ayudar… Se busca afectar a Miguel Castro.