En 2016 aspiró a ser titular de la Auditoría Superior del Estado y se quedó en la orilla; en agosto de este año se candidateó para ser el Contralor “Ciudadano” del Ayuntamiento de Zapopan y se quedó en la orilla; ahora en noviembre se apunta para ser el titular de la Unidad de Vigilancia del Congreso del Estado… ¿se quedará en la orilla?

Me refiero a Israel García Íñiguez, quien es uno de los candidatos a encabezar esta Unidad de Vigilancia y que ha comparecido ya ante tres de los diputados de la Comisión de Vigilancia y Sistema Anticorrupción de la actual Legislatura, que encabeza la legisladora emecista Mirza Flores Gómez, y cuyos compañeros de partido de la pasada Legislatura lo querían como auditor superior del Estado al votar a su fravor, pero finalmente no alcanzó los sufragios necesarios y se quedó en el camino.

Apenas en agosto pasado (ver Marcatextos del 12, 22 y 27 de agosto 2019), García Íñiguez fue identificado como el Contralor “carnal” que aspiraba tener el presidente municipal Jesús Pablo Lemus Navarro, pero su deseo se frustró al revelarse el conflicto de interés que enfrentaba al haber trabajado en la Tesoreria Municipal zapopana en el primer trienio de Lemus Navarro, bajo el mando del entonces tesorero Luis García, con quien actualmente labora como coordinador de Información, Seguimiento y Evaluación de Programas, en la auditoría interna de la Secretaría de la Hacienda Pública.

Pero además sus antecedentes no le ayudaron para concretar sus aspiraciones en fechas pasadas, pues fue dado de baja cuando laboró en la Auditoría Superior por agresión a un superior y fue cesado como delegado del IMSS en la Región Norte de Veracruz por una serie de presuntas irregularidades denunciadas por sus ex colaboradores, según medios de comunicación veracruzanos.

Hoy se presenta como aspirante a presidir la Unidad de Vigilancia, pero vuelve a enfrentar un obstáculo que los diputados no pueden ignorar y dejar pasar, como esl el hecho de que tiene un conflicto de interés para ocupar su cargo y así se establece en la convocatoria emitida al respecto, y que en uno de sus puntos sobre la documentación que deben de entregar los aspirantes dice textualmente:

“1. Carta con firma autógrafa en los que manifieste interés de participar en el proceso de elección y su aceptación de los términos, condiciones y procedimientos señalados en la presente convocatoria, así como la declaración, bajo protesta de decir verdad, de que al momento de la aprobación del acuerdo legislativo en sesión de comisión de la presente convocatoria, no tiene ningún conflicto de interés para acceder a la vacante que se convoca (negritas del periodista) y así mismo manifieste, no tener litigio o presentada acción civil, mercantil, laboral, administrativa o de cualquier índole en contra del Congreso del Estado de Jalisco”.

Israel García Íñiguez enfrenta el un serio conflicto de interés por haber laborado en la Auditoría Superior del Estado (ASEJ), de donde fue despedido y a la que además demandó. Asimismo, laboró en el Ayuntamiento de Zapopan y actualmente en el Gobierno del Estado. Tanto la ASEJ como el gobierno zapopano y el Ejecutivo estatal son entes auditables, ¿no es esto un conflicto de interés que imposibilita a García Íñiguez ser el titular de la Unidad de Vigilancia? ¿Esto no lo advirtieron quienes recibieron la documentación de los aspirantes? ¿O todo responderá a los intereses de los diputados y no de la ciudadanía?.

Así, pues, si la Comisión de Vigilancia, primero, y el pleno del Congreso del Estado, después, quieren ganarse la credibilidad de la ciudadanía -cosa que, por supuesto, no les es fácil-, tendrán que ser muy cuidadosos en la elección de quien será el titular de la Unidad de Vigilancia; de no ser así, entonces serán exhibidos y continuarán como el hazmerreir de la administración pública y la política estatal.

Al tiempo.