Mientras la figura del candidato independiente cae estrepitosamente en los últimos procesos electorales, el diputado independiente Pedro Kumamoto Aguilar se dedica a… promover y a hablar a favor de los partidos políticos.
Kumamoto Aguilar prácticamente ha ignorado la figura que lo llevó al Congreso del Estado y su tarea se ha enfocado más a favorecer a los partidos políticos, lo que no deja de ser contradictorio, como él mismo lo reconoce en su artículo semanal en el periódico El Financiero del pasado martes que referí ayer en Marcatextos y que tituló “¿Se puede acabar con los partidos?”.
Pedro Kumamoto está más preocupado por argumentar que los partidos políticos son necesarios; por fortalecer la figura de estos institutos políticos; y por pedirle a la ciudadanía que atienda los problemas que enfrentan los partidos políticos en el país.
Recordemos que contra lo que pudiera creerse, Kumamoto promovió y promueve por todo el país que los partidos políticos reciban recursos públicos todos los años, haya o no elecciones, aunque para matizar ese derroche propone que sea menos dinero de lo que hoy reciben y en función de los votos obtenidos en la elección inmediata anterior y no en el padrón electoral. Él no está convencido de retirarles el financiamiento en años no electorales. Al contrario.
De acuerdo al propio periódico en el que Kumamoto colabora, El Financiero, las candidaturas independientes “han sido relegadas a la irrelevancia”, de acuerdo a datos del Instituto Nacional Electoral y los Oples estatales, pues “si bien en 2017 la tasa de participación       de candidatos independientes alcanzó el 37.8 por ciento, su tasa de éxito no superó el 1 por ciento”.
Según las cifras de este diario, en 2015 hubo 2 mil 159 cargos públicos en disputa y participaron 134 candidatos independientes; en 2016 los cargos en disputa fueron mil 11 y los candidatos independientes se incrementó a 308; pero este año los cargos en disputa fueron sólo 328 y el número de los candidatos independientes bajó a 124.
No obstante estas cifras y el poco éxito de estos candidatos independientes, quienes han logrado ganar una elección poco o nada han hecho por promover y difundir esta figura y ofertarla como una alternativa ante la crisis de los partidos políticos. Y ese es el caso de Pedro Kumamoto, quien en su colaboración periodística opinó lo siguiente:
“Buena parte de construir un nuevo país descansa en la posibilidad de que reconstruyamos, discutamos y reconceptualicemos a los partidos…
“Aunque parezca contradictorio con el origen de mi candidatura -no “parece”, sino que es contradictorio digo yo- creo en la idea de los partidos políticos porque pueden funcionar como punto de encuentro para quienes piensan de manera similar respecto a temas importantes para el país, como los métodos para acabar con la pobreza, el papel que debe jugar la sociedad civil y el periodismo, los modelos fiscales y la redistribución de la riqueza, el modelo económico o energético, las libertades y la diversidad social y demás temas relevantes.
“Los partidos nacen para eso -agrega Kumamoto-, para discutir nuestros anhelos, para aglutinar nuestros ideales de país en un solo lugar y para que pueda existir un ente colectivo que se encargue de llevar a cabo dichos intereses. ¿Esto podría pasar sólo con candidaturas independientes? Yo creo que no, o en todo caso a través de la unión de muchos independientes que pudieran formar una especie de partido sin registro…”.
Y para concluir advierte:
“(…) Esta enorme crisis no va a mejorar si la sociedad no se involucra en construir un nuevo horizonte para ellos (los partidos políticos) y, por consecuencia, para la sociedad. Por eso es importante que la flojera al pensar en los partidos políticos no nos invada, y la próxima vez que nos hablen sobre ellos aceptemos la invitación, el país depende de ello”.
Si no supiera que éste texto está firmado por Pedro Kumamoto y viese su fotografía en el “cabezal”, afirmaría que su autor es un convencido militante de cualquiera de los partidos políticos existentes que sale en defensa de ellos.
Bueno, quizas no deba preocuparnos o llamarnos la atención que un diputado “independiente” abogue por los partidos políticos cuando hemos atestiguado ya los amoríos de la derecha con la izquierda en éste México nuestro.