La reaparición pública del ex gobernador Emilio González Márquez el pasado fin de semana durante la visita de su candidato a la dirigencia nacional del PAN, Gustavo Madero Muñoz, no fue muy afortunada…
O al menos sus declaraciones no lo fueron.
Por un lado, calificó de “persecución política” las denuncias penales del actual gobierno de Jorge Aristóteles Sandoval Díaz en contra de algunos que fueron sus colaboradores, pero al día siguiente le respondió el secretario general de Gobierno, Arturo Zamora Jiménez, quien le aclaró que si hay denuncias es porque hay delitos que perseguir.
Por el otro, lamentó y criticó que se haya expulsado de las filas del PAN al diputado quien desde hace meses se declaró independiente, Ricardo Rodríguez Jiménez, quien fungió como secretario general del comité estatal del PAN durante la presidencia de Eduardo Rosales Castellanos.
No pasó mucho tiempo para que voces panistas y no panistas le recordaran a González Márquez que durante su período como dirigente estatal del PAN fueron expulsados dos viejos panistas: Manuel Castelazo Mendoza y José Cirano Amaranto Padilla López.
Y apenas ayer el coordinador de la bancada del PAN en el Congerso del Estado, Gildardo Guerrero Torres, en un hecho inédito, le recordó en una carta la expulsión de Castelazo y Cirano durante su paso por la presidencia del PAN.
El sábado pasado, al referirse a la expulsión de Ricardo Rodríguez, el ex mandatario González Márquez dijo:
“Yo no estoy de acuerdo en que alguien, por pensar diferente, se le excluya del PAN. A mí me parece inadecuada la expulsión del diputado Ricardo Rodríguez. Es una persona valiosa. No debió ser expulsado. Lo que he leído en medios no me parece que sea una causa grave”.
Y luego agregó que una dirigencia que sanciona a alguien por criticar el trabajo, corta la libertad que debe de haber dentro del PAN, e insistió en que dicha expulsión era una decisión inadecuada y que contradecía la esencia del PAN.
Y agregó:
“Estoy levantando la voz y le estoy diciendo a la dirigencia que no es tiempo de expulsar a nadie. Es tiempo de sumar a todos…”.
Curiosamente en 1992 y en 2002, cuando como presidente del PAN se expulsó a Manuel Castelazo y a Cirano Padilla, no levantó la voz -coincidentemente cuando se concretaron ambas expulsiones se fue a la ciudad de México- y, entonces sí, consideró que era tiempo de expulsar a quienes reclamaban respeto a su libertad de expresión y ejercían su libertad de conciencia.
Con esto, pues, le queda claro a Emilio González Márquez que no es lo mismo “los tres mosqueteros… que 20 años después”.