¿Por qué las cúpulas empresariales se empeñan en jugar el papel de actores públicos utilizando una doble máscara? ¿Por qué por un lado se presentan como los más fervientes defensores ciudadanos y, por el otro, se mueven en torno a defender o sacar ventaja para sus intereses personales y de grupo?
Lo anterior no sólo tiene que ver con la campaña -porque eso es- que desde hace meses han emprendido en contra del Congreso del Estado y de la Auditoría Superior del Estado, sino porque ahora se “rasgan las vestiduras” condenando la elección que los diputados realizaron de diversos funcionarios del Poder Judicial cuando los representantes empresariales avalaron por escrito algunos de esos nombramientos.
Dirigentes empresariales como Oscar Benavides, de la Coparmex, o Manuel Herrera Vega, del Consejo de Cámaras Industriales, o bien a través de algunos de sus voceros, han criticado y condenado la decisión de los diputados de elegir a nuevos magistrados del Poder Judicial cuando en algunos casos falta hasta casi un año para que se haga el relevo.
A “manotazos”  y gritos algunos de ellos denunciaron que los diputados incurrieron en desacato a una suspensión de la Suprema Corte de Justicia relativa al nombramiento de magistrados del Supremo Tribunal de Justicia y acusaron que dicha designación se realizó con mucho tiempo de anticipación.
Sin embargo, como ha sucedido en los últimos tiempos, una cosa es lo que dicen públicamente los empresarios y otra lo que en hacen en secreto o en privado.
Y es que cuando criticaron a los diputados, los dirigentes empresariales no confesaron que ellos o algunos otros compañeros de su sector respaldaron con cartas de recomendación a algunos aspirantes, no obstante que públicamente señalaron que no eran los tiempos para su designación.
Por ejemplo, Manuel Herrera, coordinador del Consejo de Cámaras extendió carta a favor de Mario Pizano Ramos, electo magistrado del Tribunal Administrativo, al igual que el presidente de la CANACO,  Miguel Alfaro Aranguren; Juan Alonso Niño Cota, presidente de la Cámara de la Industria del Calzado; y Miguel Zárate Hernández, presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción.
Pero Alfaro Anguiano también extendió carta de recomendación para José Refugio Martínez Aragón, aspirante al Supremo Tribunal de Justicia, en tanto que el ex presidente de la CANACO, José Luis Covarrubias Valenzuela hizo lo propio a favor de Salvador Pérez Gómez, y Martín Juan Carlos Martínez Villaseñor lo hizo a favor de María Dolores Grajeda Flores.
Entonces, ¿dónde está la congruencia de los dirigentes empresariales otra vez?