Tras el anuncio que hizo Enrique Alfaro Ramírez el viernes anterior de romper su relación con el PRD y, por ende, provocar la desintegración del Movimiento Progresista por Jalisco, los invito a recordar nuevamente la imagen y el texto (en cursivas) que publicamos en Marcatextos el pasado 15 de febrero, y en el que dábamos cuenta de la realidad de esta fallida coalición.
Bien definen que “la política es el arte de comer ca.., sin hacer gestos”. Y la excelente gráfica de nuestro compañero Javier Hoyos que acompaña este texto da cuenta fiel de que eso es más que cierto.
Independientemente del análisis que más adelante haremos de la concreción de la famosa alianza de la izquierda jalisciense, que se oficializó ayer casi a la medianoche en la sede del Instituto Electoral del Estado, cuando se registró dicha coalición, basta observar detenidamente esta fotografía para confirmar que todo aquel intento que hagan el dirigente del PRD, Roberto López González, y el candidato a la gubernatura, Enrique Alfaro Ramírez, por construir un “estado del amor” en Jalisco queda simplemente “de dientes para afuera”.
El rostro de Alfaro Ramírez (chéquese la mueca en sus labios) demuestra su resignación de tener que verse obligado a abrazar, para la foto, a quien sin duda es su enemigo político y contra el que ha soltado infinidad de calificativos y descalificaciones.
A su vez, López González dirige su rostro hacia el infinito y más allá, proyectando que en su mente está cualquier otra imagen frente a él que no sea la figura del ex alcalde de Tlajomulco contra el que él también no ha tenido consideración y misericordia para llenarlo de calificativos y descalificaciones.
Si observan, las miradas de ambos personajes no se encuentran. Los dos evitan posar sus ojos en el otro.
E, inclusive, salvo la persona que aparece enmedio de Alfaro y López, ninguno de los otros cuatro personajes que los custodian quisieron ser testigos de tan falsa imagen y prefirieron mirar hacia otro lado.
Por eso, esta extraordinaria imagen nos refleja claramente que por mucho que digan “borrón y cuenta nueva” y que la alianza se haya concretado en un agonizante 14 de febrero, Día del Amor y la Amistad, la verdad es que detrás de ella aun hay muchas cosas que decir, entender y leer.
Su propósito de emular la creación de un “Estado del Amor” en Jalisco es tan falsa como aquello de que, ahora sí, la izquierda jalisciense está en la antesala de obtener la gubernatura.