¿Qué mensaje pretendió enviar ayer el secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, al reunirse a comer con una buena parte del gabinete emilista, mientras sus dos compañeros “rebeldes”, Alfonso Petersen Farah y Alonso Ulloa Vélez, hacían lo mismo con el diputado Abraham González Uyeda?
Para empezar, esta comida estuvo llena de errores más que de “mensajes” a favor de su aspiración a la candidatura del PAN a la gubernatura.  Véamos algunos de ellos:

  • Se organiza cuando la tragedia reina en la Costa Sur ante el paso del huracán Jova.
  • Provocó que Guzmán Pérez Peláez -que era el primer integrante del gabinete que visitaba la zona de desastre-, realizara una “visita de doctor”, sin darse tiempo de atender debidamente a los damnificados.
  • No se tuvo el tino ni la sensibilidad de posponerse ante la estancia de Fernando Guzmán en la Costa y las malas condiciones para volar, como si hoy fuera una fecha fatal para su realización.
  • La lectura enviada es que en el equipo del gobernador Emilio González prevalecen los intereses políticos por encima de los sociales.
  • Se envió el mensaje de que a nuestros funcionarios públicos les importan más sus intereses personales y de grupo antes que los de los ciudadanos, que para rematar viven una tragedia causada por un fenómeno natural.
  • Se anunció que la comida era el “espaldarazo” de la mayoría de los integrantes del gabinete estatal a Fernando Guzmán en su aspiración a la candidatura del PAN a la gubernatura, cuando muchos de ellos ni militantes panistas son.
  • Se pretendió mandar el mensaje de un “cierre de filas” de los emilistas a favor de Guzmán Pérez, cuando ellos nada representan en una elección interna o, cuando menos, su propio voto de quienes son militantes.
  • Después de esta comida nada cambiará, ni a favor ni en contra, la situación que guarda actualmente la aspiración de Guzmán Pérez.
  • Esta comida no hizo ni más fuerte ni más débil al Secretario General de Gobierno entre la militancia panista ni mucho menos entre la ciudadanía.

¿Cuál fue, pues, el objetivo de esta “gran comilona” entre los colaboradores cercanos del gobernador Emilio González Márquez, que para no pocos se realizó en un mal momento?
¿Acaso fue un acto desesperado? Lo sabremos… al tiempo.