“La Junta de Coordinación Política es uno de los grandes males del Congreso desde hace tres legislaturas, porque les dieron poderes fácticos (sic) para tomar decisiones y repartirse el botín…”.
Así lo denunció el diputado del PAN, Guillermo Martínez Mora, quien exhortó al resto de los diputados a “trabajar para quitarles esos poderes” a los coordinadores de las fracciones parlamentarias que integran la Junta de Coordinación, “porque la responsabilidad es de 39 diputados y no solamente de cinco”.
No descartó que los actuales coordinadores repitan la actuación de sus antecesores, porque “cuando se tiene el poder se cae en todos esos riesgos y no hay que permitir eso”, dijo el ex secretario de Educación, quien reveló que ya trabaja en una iniciativa para modificar los poderes que actualmente tiene la Junta de Coordinación Política.
Martínez Mora reclamó a los diputados que le antecedieron por no haber sido capaces de reclamar que poderes fácticos como la Junta de Coordinación Política o la Comisión de Administración hayan estado por encima de la responsabilidad que tienen los 39 diputados.
“La solución, la crisis y la búsqueda de culpables corresponde a la vigilancia de 39 diputados y no solamente a 5 ó 6 que estén al frente de la Junta de Coordinación Política o a 5 ó 6 integren la Comisión de Administración”, subrayó el también presidente de la Comisión legislativa de Educación y que integra al grupo de panistas que han manifestado su inconformidad con la coordinación de su bancada y su dirigencia por la forma en que negociaron y se repartieron las comisiones.
Cuestionado sobre si los diputados de las anteriores legislaturas fueron “agachones” ante la Junta de Coordinación Política respectiva, Guillermo Martínez Mora señaló que donde se dieron los máximos poderes a los coordinadores de las bancadas fue en la 58 Legislatura donde éstos hasta se repartieron cheques nominativos y nadie procedió en contra de ellos.
Destacó que él, como miembro de la 60 Legislatura, “no voy a traicionar mis principios ni mis convicciones. No tengo necesidad, ni económica ni política, para tenerme que agachar. ¡Y no lo voy a hacer!”, concluyó.