Ante la inminente renuncia de Hernán Cortés Berumen como dirigente estatal del PAN para buscar la candidatura al gobierno del Estado, sus adversarios han echado a andar un operativo de “cabildeo” y “convencimiento” entre varios consejeros para que dejen las filas “hernanistas”, con miras a elegir a su relevo.
Sin embargo, se señala que las prácticas de “convencimiento” no son únicamente verbales sino que, como es común y nada extraño, ha entrado en operación la nómina estatal como una suculenta “tentación” para los consejeros.
No sabemos ni nos consta que ya haya consejeros que cayeron en esta tentación, pero nos aseguran que hay tres de ellos que no pudieron evitar ser “tentados” por el signo de pesos antes que mantenerse firmes en su postura inicial de apoyar al grupo de Cortés Berumen.
Y si es así, dígame usted si no es “tentadora” la oferta: una plaza con sueldo de 30 mil pesos y dos más de 10 mil pesos cada una. ¿Acaso usted diría que no, máxime si forma parte de las filas del desempleo o subempleo?
El propósito, por supuesto, es arrebatarle la mayoría de consejeros al grupo “hernanista” a fin de tener ganar la contienda en la que estará en juego su relevo.
Y como lo hemos comentado, por parte de este grupo está como candidato el diputado Miguel Ángel Monraz, mientras que el grupo “emilista” trae una tercia de cartas: Guillermo Martínez Mora, Francisco Padilla Mancilla y Absalón García, éste último sería en alianza con Francisco Ramírez Acuña.
Los “emilistas” se dicen confiados en lograr esa mayoría que aun hoy no obtienen, en tanto que los “hernanistas” señalan que también han logrado arrebatarle a aquellos algunos simpatizantes que les permiten estar “tablas” y hacer cuentas que les permiten confiar en que lograrán mantener esa mayoría y quedarse con la dirigencia estatal.
Así, pues, estamos ante un escenario que ya vimos: la ruptura al interior del PAN.