A partir del primero de octubre Enrique Alfaro Ramírez será el alcalde de Guadalajara, donde enfrentará el gran reto de demostrarles a los tapatíos que realmente puede hacer un gobierno eficiente, cercano, moderno y honesto.
Sin embargo, no obstante lo demandante que es de por sí gobernar la capital de Jalisco, Alfaro tendrá que dividir su tiempo para atender otras ocho pistas, que le demandarán tiempo, dedicación y talento. ¿Podrá con todas?
Estas son las nueve pistas en las que tendrá que actuar e intervenir el jefe del partido Movimiento Ciudadano (MC) en Jalisco:
1. El gobierno de Guadalajara. Debe ser su principal pista y su principal preocupación: fue para la que fue elegido y por la que se le pagará.
Un reto grande por la expectativa creada, por los múltiples problemas que padece la ciudad y por las condiciones financieras y administrativas en las que la deja Ramiro Hernández.
De los resultados en Guadalajara dependen, no sólo el futuro político de Alfaro, sino además una buena parte de todo el proyecto de MC.
2. Zona metropolitana. Alfaro será también el jefe o coordinador de los alcaldes emecistas de la ciudad y el interlocutor principal entre éstos y los gobiernos estatal y federal.
Su reto será coordinar a los presidentes de Zapopan, Tlaquepaque y Tlajomulco y evitar que, sobre todo los dos primeros, cometan graves errores.
3. El resto del estado. Si quiere ser un candidato viable a gobernador en el 2018, Enrique Alfaro debe empezar a trabajar desde ahora en el interior del estado, si no quiere que le pase de nuevo lo que en el 2012 lo llevó a la derrota.
Formar estructura, crecer las alianzas, cuidar que los alcaldes naranjas no la rieguen y difundir lo que haga en Guadalajara serán también motivo de preocupación y ocupación del próximo alcalde tapatío.
4. Gobierno del Estado. No se espera una relación tersa entre la administración de Aristóteles Sandoval y el MC.
La voz cantante en esa relación la tendrá Alfaro. La negociación de los asuntos importante pasarán por él. Los raspones también.
5. Gobierno de la República. Una primera prueba de lo que será esta relación es el tema de la línea 3 del tren eléctrico de la zona metropolitana. Los alcaldes entrantes de MC amagan con detener la obra si no se les informa a cabalidad todos sus detalles técnicos y financieros.
Construir una buena relación con el gobierno de Peña Nieto le puede representar a MC obtener recursos federales extras para sus proyectos y contar con un contrapeso hacia el gobierno local.
En este tema también, junto con el coordinador de los diputados federales emecistas Clemente Castañeda, la voz cantante la tendrá Alfaro.
6. Congreso del Estado. Aunque MC contará con el mayor número de diputados en el Congreso de Jalisco, no tendrá por sí mismo la mayoría para sacar adelante reformas o para detener las que intente el PRI.
Se esperan intensas y permanentes negociaciones para el reparto de los presupuestos, de los principales nombramientos que pasan por el Legislativo y para sacar adelante leyes y reformas.
Esta cancha también demandará, además del trabajo del coordinador Ismael del Toro, tiempo y atención del jefe de los naranjas.
7. Congreso de la Unión. El partido Movimiento Ciudadano tiene en la Cámara de Diputados federal una buena fracción, que le permitirá obtener recursos para sus gobiernos municipales de Jalisco, tener una buena caja de resonancia nacional y apretar al gobierno federal para soltar dinero a los emecistas.
Allá también se requerirá la participación constante de Alfaro.
8. La política nacional. Enrique Alfaro y su grupo quieren hacer política nacional (véase Alfaro, ¿candidato a Presidente de la República en el 2018?) y tienen los instrumentos para jugar en esa cancha. Las alianzas con El Bronco de Nuevo León, las visitas a Miguel Mancera en el DF y su activismo en otros estados son botones de muestra de la intención de los naranjas de incidir en el 2018 en la cancha nacional.
Por eso también veremos muy activo a Alfaro en esos terrenos.
9. MC. El partido Movimiento Ciudadano será la herramienta electoral que necesitarán otra vez los alfaristas. Ésta les permitirá construir estructura, candidaturas, alianzas y, sobre todo, contar con un jugoso presupuesto para hacer política.