La paciencia tiene su premio, indudablemente.
Y esto podemos decir de Arturo Zamora Jiménez, quien tuvo la paciencia, la serenidad y la institucionalidad para regresar a ocupar nuevamente su escaño en la Cámara de Senadores. Pero no fue un regreso de mero trámite, sino que su coordinador, Emilio Gamboa Patrón, le abrió el camino para un regreso con gloria. Nada menos que como primer vicepresidente de la Cámara Alta.
El único priista en la Mesa Directiva del Senado.
Zamora Jiménez dejó el Senado para integrarse al gabinete de Aristóteles Sandoval Díaz como secretario general de Gobierno, donde realizó un papel de claroscuros. Para unos, su paso por la secretaría general fue impecable y eso le valió que a su salida le dieran aplausos. Para otros, su trabajo al frente no tuvo los resultados esperados del responsable de la política interior en la entidad, pero reconocen que en mucho de ello tuvo que ver que fue acotado y limitado por el primer cículo cercano al Mandatario estatal.
Arturo Zamora dejó la secretaría general de Gobierno enmedio de “malabares” verbales tanto de su parte como del gobernador Sandoval Díaz, pues nunca coincidieron en las razones de su salida y nunca se confirmaron en los hecho, pues se hablaba de que Zamora dejaba el gabinete porque era requerido en la Cámara Alta ante la discusión venidera, en ese entonces, de la reforma estructurales, particularmente la energética.
Sin embargo, la realidad fue otra. Emilio Gamboa le solicitó a Zamora Jiménez esperar un tiempo para reincorporarse al Senado, pues integrarlo enmedio de las discusiones por las reformas le descompondría el cuadro que ya había armado, de ahí que se mantuvo en su lugar la senadora suplente Verónica Martínez Espinoza.
La salida que Gamboa le dio a Zamora, vía la dirigencia nacional del PRI, fue designarlo delegado estatal en Baja California, cargo al que próximamente renunciará para concentrarse de lleno en el Senado. Ya se había acordado que su reincorporación al Grupo Parlamentario sería a partir del uno de septiembre, cuando iniciaba un nuevo período legislativo.
Y Gamboa le cumplió. Lo reintegró al Senado pero, además, lo recibió con el nombramiento de primer vicepresidente de la Mesa Directiva, nombramiento con el que sin duda tendrá un manejo importante dentro y fuera de la Cámara Alta.
Este fue, pues, el regreso con gloria de Arturo Zamora, quien supo tener la paciencia institucional de buen priista, mientras que a su suplente, Verónica Martínez, quizás le espere un lugar en el Tribunal de Escalafón y Arbitraje federal. Al tiempo.