Los panistas en Jalisco se encuentran en un dilema sobre lo que es más democrático, de acuerdo a la visión de dos de sus militantes: el ex gobernador Francisco Ramírez Acuña y el ex secretario de Vialidad, Diego Monraz Villaseñor.
Para éste último, lo más democrático es que pierda el PRI como sea; para el primero ese planteamiento de que a través de alianzas es el único camino para acceder al poder no tiene ningún sentido democrático.
El domingo pasado, Ramírez Acuña y Monraz Villaseñor presentaron en la página editorial del periódico Mural sus posturas respecto a si convienen las alianzas al PAN, y ahí el también ex secretario de Gobernación fue bastante claro y contundente no sólo en oponerse a la alianza del PAN con otros partidos sino que hace un repaso de lo mal que le ha ido a su partido cuando las ha concretado; mientras que el también ex regidor zapopano, por su parte, asegura que establecer una alianza es “estar del lado de la gente”, es “poner por encima de los intereses personales o de grupo el bien común”.
Para Diego Monraz es una contradicción que mientras en Nayarit se ganó la capital Tepic gracias a una alianza PAN-PRD aquí en Jalisco eso resulta para algunos “inadmisible”. Y refiere que la oposición a esa alianza con la corriente alfarista que él propone le dejó en claro algunas cosas. Y las enumera:

  • La administración de la derrota sí existe y esto a algunos incomoda.
  • Que otros “liderazgos” (él los entrecomilla) panistas no entendieron nada de la pasada elección y una mezcla de soberbia con egoismo los mantiene alejados de los ciudadanos y de lo que piensan de los partidos.
  • Que a pesar de esa doble moral de algunos políticos, entre líderes sociales y ciudadanos existe una fuerte corriente a favor de analizar el tema de las coaliciones.

Y luego pone como ejemplo de lo positivo de esas alianzas el triunfo compartido con el PRD en Baja California con Kiko Vega y aquella que logró con el Partido Verde Ecologista para llevar a Vicente Fox a la presidencia de la República.
Pragmático el zapopano, sin duda.
A su vez, Ramírez Acuña advierte que para el PAN “las alianzas han sido frustrantes, funestas, lo han desdibujado y casi borrado como partido político de ideas claras, postulados que enmarcaron en su historia rutas de política social de trascendencia humanista…”. Y luego hace una larga lista del resultado negativo de esas alianzas. Y las enumera:

  • En Nayarit, en alianza con el PRD, se gana una gubernatura que es cuestionada por la ciudadanía y el PRI la recupera en la siguiente elección, mientras el entonces candidato y luego gobernador, Toño Echavarría, regresó al PRI. La estructura del PAN no creció ni se fortaleció.
  • En Oaxaca está en ejercicio un mal gobierno que no aplica la ley y el PAN es cómplice de haber llevado a Gabino Cué al poder, basta ver los desmanes de los maestros oaxaquellos y nos damos cuenta del desgobierno.
  • Sinaloa es la misma historia, el Gobernador (Malova) ya regresó a su partido de siempre (PRI).

Y refiere que en otros estados ha sido similar el resultado de una alianza, cosa lógica porque “se han hecho sin una base ideológica ni programática que imponga al gobernante electo rutas y políticas públicas que le den al gobernado resultados con lo mejor del partido”.
Monraz se refiere así a quienes se oponen a las alianzas:
“Desafortunadamente hemos escuchado respuestas radicales cargadas de descalificaciones sin argumentos e intentos de censura. Ese panista a la gente no le gusta y a muchos nos alarma, el que responde con agresividad y se rasga las vestiduras por propuestas de generosidad…”.
Ramírez Acuña dice de los promotores de las alianzas:
“Hoy las alianzas están siendo vistas por algunos (…) políticos (…) para administrar las derrotas o simplemente para hacer realidad las obsesiones personales. (…) Ganar a como dé lugar es para vividores y oportunistas, no es un proyecto, es sólo un resultado y eso no merece la sociedad”.
Interesante será saber, pues, de qué lado está la mayoría de los panistas en Jalisco.