Creadores y profundos conocedores de las reglas no escritas de la política, no serán los priístas quienes por vez primera en Jalisco actúen en contra de un gobernador por causas de corrupción sin las pruebas jurídicas contundentes que se impongan a cualquier acuerdo político.
Por eso no será el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz el que dé gusto a los detractores de su antecesor, Emilio González Márquez, para que actúe penalmente en su contra que lo lleve a ser aprehendido y pasar años tras las rejas.
Y no lo hará porque, contra la percepción de un sector de la sociedad -identificado como adversario político del ex mandatario panista-, no existen los elementos suficientes que le garanticen al titular del Ejecutivo tener éxito en su “golpe” en contra de su antecesor, no obstante todo lo que se ha dicho y publicado en su contra por casos como Los Juegos Panamericanos, las Villas Panamericanas, Chalacatepec, etc…etc..
Vamos, en la lucha y castigo en contra de quienes incurrieron en actos de corrupción o cometieron ilícitos durante los seis años de la pasada y última administración panista, se le dará la “vuelta” al entonces jefe político, el ex gobernador González Márquez.
Sin embargo, eso no quiere decir que lo mismo sucederá con sus colaboradores cuya responsabilidad está demostrada -desde la óptica del Ejecutivo- en las denuncias presentadas por la Contraloría del Estado ante la Fiscalía General. Por eso, aun es muy temprano para descartar que ninguno de quienes fueron los integrantes de su gabinete no podría pisar la cárcel.
El primer “golpe” que en este sentido dio el gobierno de Aristóteles Sandoval fue en contra del ex director general del SIAPA, Rodolfo Ocampo Velázquez, quien ya lleva varios meses en prisión, desde donde lucha por demostrar que es inocente de lo que se le acusa. Todo mundo sabe que la actuación en contra de Ocampo Velázquez no puede considerársele un “golpe” directo al emilismo, porque simplemente Rodolfo no es un “emilista” puro.
Sin embargo, cosa diferente es la orden de aprehensión girada en contra de quien hoy se le considera un prófugo de la justicia, el ex director general del Iprovipe, Jorge Sánchez Martínez.
Sánchez Martínez sí es un “emilista” puro, y la orden de aprehensión en su contra sí es un fuerte “golpe” al emilismo.
Recordemos que Jorge Sánchez fue el coordinador de campaña de Emilio González, responsabilidad que sólo se le puede dar a un hombre de la absoluta confianza del entonces candidato. Pero no sólo eso, sino que por órdenes del propio entonces Gobernador del Estado, Sánchez Martínez fue también coordinador de campaña del ex candidato del PAN a la gubernatura, Fernando Guzmán Pérez Peláez.
Por instrucciones del entonces Gobernador, Jorge Sánchez renunció a la dirección general del Iprovipe para entrar al rescate de la campaña de Pérez Peláez, donde sin embargo fracasó y fue sustituido por el entonces diputado panista Héctor Álvarez, a quien hoy ya se le ubica en las filas del alfarismo.
Hasta el momento, Jorge Sánchez Martínez es lo más cercano al “emilismo” en contra de quien el gobierno aristotelista ha asestado un fuerte golpe. Vamos, la orden de aprehensión en su contra es como si un “golpe” tricolor hubiese pasado rosando el rostro del ex mandatario del blanquiazul. Así de cerca.
No sabemos si deveras se aprehenderá a un secretario del gabinete emilista, porque hasta el momento no se ha ventilado que haya una investigación firme y contundente en contra de algún integrante del gabinete. Por eso, y quizás hasta ahí quede, es posible que el “golpe” más cercano a Emilio González sea en el momento en que se logre la aprehensión de Jorge Sánchez, aunque ya de por sí la orden de aprehensión en su contra es un “golpe” seco.
Será por ello, cuestión de esperar el paso del tiempo…
Pero que no vuelva un ex gobernador a “cucar” a su sucesor y actual habitante de Casa Jalisco, porque entonces es posible que  responda con una acción como la aplicada, primero, en contra de Rodolfo Ocampo y, después, en contra de Jorge Sánchez…
Al tiempo…