A 48 horas de que concluya el período del diputado Enrique Velázquez González como presidente de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, estaríamos también a pocas horas de que se someta al pleno la iniciativa de la Ley de Libre Convivencia, si nada la vuelve a atorar de última hora.
Tentativamente está programado de que el pleno sesione ordinariamente mañana para analizar, discutir y, en su caso, aprobar asuntos como el presupuesto 2014 del Poder Legislativo, la OPD del Sistema de Radio y Televisión y la propia Ley de Libre Convivencia, entre otros asuntos pendientes.
Para éste último asunto, falta que la Comisión de Derechos Humanos sesione y dictamine la iniciativa correspondiente con los ajustes que los propios legisladores consideraron necesarios para hacer más “pasable” a ojos de quienes se resisten a que se apruebe por algunas dudas que pudiesen tener, pero, principalmente, a quienes se resisten a apoyarla si no señala específicamente que se prohíbe la adopción de menores y que, por supuesto, la libre convivencia no se llame matrimonio.
En la agenda legislativa de hoy no se incluyó la sesión de esta comisión legislativa que preside el priista Hugo Gaeta, pero nada prohíbe que lo hayan hecho o lo puedan hacer “a puerta cerrada”, para incluir el tema en la agenda de la siguiente sesión ordinaria.
En los “corrillos” del Legislativo se comenta que si el diputado Velázquez González no “saca” su Ley de Libre Convivencia durante lo que queda de su período como presidente, difícilmente saldrá en otro momento. Y para esto, restan sólo 48 horas, en las que además de la sesión ordinaria se llevará a cabo una extraordinaria donde, precisamente, Enrique Velázquez rendirá el primer informe de actividades del Poder Legislativo, prevista para el jueves 31.
Quiérase o no, ya lo hemos dicho en este espacio, más allá de las voces ciudadanas en pro y en contra de quienes tienen un interés particular en este tema, la gran incógnita es si la mayoría de los diputados del PRI confrontará a la Iglesia Católica que ha sostenido una postura en contra de la Ley de Libre Convivencia y si el titular del Ejecutivo logrará deslindarse de la responsabilidad en caso de que sea aprobada.
Y es que en un tema tan delicado como éste, nadie creerá que en verdad los diputados fueron libres, autónomos e independientes para decidir sobre el futuro de esta iniciativa de Ley de Libre Convivencia sino que, por el contrario, su postura será resultado de la “línea” dada desde Palacio de Gobierno, aun y cuando no haya sido así.
Por lo pronto, hay 13 votos de diputados panistas y cinco de legisladores del Partido Movimiento Ciudadano que se manifestaron en contra de esta iniciativa.
Así, pues, estamos a pocas horas de conocer el futuro de la Ley de Libre Convivencia: se aprueba, con todas las consecuencias de ello; se desecha, sin mayores problemas; o se “congela” hasta haya “mejores” condiciones para abordarla nuevamente.