(Columna Entre Semana publicada hoy en El Diairo NTR Guadalajara)

Ante la ausencia del gobernador electo Enrique Alfaro Ramírez, quien se perfila para mantenerse como coordinador de la próxima bancada del partido Movimiento Ciudadano en el Congreso del Estado, el diputado Salvador Caro Cabrera, decidió ondear la bandera blanca y extenderle la mano al principal adversario de su jefe político: Carlos Lomelí Bolaños.

Lomelí Bolaños, luego de contender como candidato por la gubernatura por Morena y durante la campaña lanzar fuertes “golpes” y acusaciones a Alfaro Ramírez, contra quien inclusive presentó varias denuncias penales por presuntos delitos y que decidió ya no seguir el trámite y dejar las cosas por la paz, fue designado por Andrés Manuel López Obrador, próximo presidente de la República, como coordinador estatal de programas sociales, en sustitución de los delegados federales.

Unánimamente estos coordinadores han sido calificados como los próximos virreyes lópezobradoristas que jugarán, además, el papel de “gobernadores” alternos, con lo que se estaría vulnerando el espíritu federalista en nuestro país, amén de que se convierten en potenciales candidatos a la gubernatura para el 20124.

Más que condenar o criticar la decisión del próximo titular del Ejecutivo federal y de ver a Carlos Lomelí como un peligro o amenaza para su próximo gobernador, Caro Cabrera decidió enviarle un mensaje de paz y buena vecindad. Pero, al mismo tiempo, colocarlo  en una posición en la que estaría comprometiéndolo a ser un aliado del gobierno alfarista.

Salvador Caro declaró ante los medios de comunicación: “Estamos en un punto donde vamos a poder construir cosas muy positivas a favor de Jalisco. Será sin duda (Lomelí) un actor político muy relevante, con mucha responsabilidad (…); se le exigen cuestiones muy particulares: contribuir positivamente al progreso del estado, hacer valer los esfuerzos de la Federación en el estado y tener altura de mira en este proceso”. Y añadió:

“Ahora lo positivo será, en esta tercera etapa, que Carlos Lomelí demuestre, como estoy seguro que lo va a hacer, la altura de miras para empatar los proyectos de la Federación con los proyectos del estado. Tenemos que celebrar este punto de coincidencia y él seguramente mostrará esa madurez, ese compromiso con los jaliscienses…”.

Efectivamente, Lomelí decidió dejar atrás cualquier pleito de campaña como fueron las denuncias en contra de Alfaro, pero la pregunta es: ¿En qué términos será la relación entre ambos, uno como representante directo del presidente de la República quien durante la campaña dejó en claro que no olvida la traición del 2012, y el otro como gobernador de Jalisco? ¿Será que López Obrador designó a Lomelí en Jalisco o a Delfina Gómez, en el Estado de México, como sus coordinadores para colaborar en el lucimiento del trabajo de los gobernadores o para cumplir un doble objetivo: por un lado, cuidarles las manos en el manejo de los recursos federales y, por el otro, que hagan trabajo político con miras a los dos siguientes procesos electorales del 2021 y 2024?

Sin duda es un buen gesto el de Caro Cabrera para con Lomelí, pero creo que –a diferencia del resto de los estados- desde Palacio Nacional, pasando por la sede donde despachará el ex candidato morenista, se le dará un trato particular y especial a Jalisco, y no será seguramente el de una entidad consentida o favorita.

Cualquier ánimo de construir o tapizar un camino para una buena relación entre ambos niveles de gobierno como lo pretende hacer Caro Cabrera, es de reconocer y agradecerse, pero mejor esperemos a que lleguen Carlos Lomelí y Enrique Alfaro de vacaciones para saber a qué atenernos.

Por lo pronto, no habrá “luna de miel” aunque tampoco los cañones tronarán a la primera de cambio, pero sí será una relación para manejarse con pinzas.