De qué tamaño e intensidad serán los problemas internos que enfrenta el Partido Movimiento Ciudadano que su “representación política” -dice en su comunicado-, encabezada por su dirigente Hugo Luna Vázquez, tuvo que salir ante los medios de comunicación a ofrecer un acto de distracción y anunciar “el rompimiento de toda relación institucional con el titular del Poder Ejecutivo del Estado, Jorge Aristóteles Sandoval”.
Y es que un partido que se precie de ser serio, no hubiese salido a la palestra pública a asumir el papel de “novia engañada” y ser la última en enterarse del “engaño”, en base a la publicación de hechos sucedidos… ¡siete meses después!
Imagínese nada más: los alfaristas reaccionan a presuntos actos supuestamente realizados en… ¡enero pasado! Y, mientras tanto, a lo largo de siete meses todos ellos no se dieron cuenta de nada y mantuvieron una relación con el gobernador Aristóteles Sandoval de colaboración y apoyo… hasta que un semanario les “abrió los ojos” al publicar una presuntama campaña de “destabilización” de los gobiernos de extracción alfarista.
Luna Vázquez, acompañado de los demás integrantes de la “representación política” del PMC: Clemente Castañeda, presidente del Congreso del Estado y coordinador de la bancada alfarista; Ismael del Toro, alcalde de Tlajomulcos; los regidores Salvador Caro, de Guadalajara, y Germán Ralis, de Tlaquepaque; así como Enrique Ibarra, presidente del Consejo Político, anunció el por qué rompían relaciones con el Mandatario estatal, y “vomitó” una extensa verborrea que no fue otra cosa sino replicar lo que publicó en su edición de esta semana la revista Proceso, en la que se hace referencia a un “Cuarto de Guerra”, a una  supuesta estrategia  para desestabilizar gobiernos del Partido Movimiento Ciudadano y al golpeteo a sus adversarios políticos.
Hugo Luna seguró que sus denuncias “no es ficción”, que “es evidente que existe un grupo especializado en destruir gobiernos municipales”, pero de lo cual no ofrecen la más mínima prueba y todo lo remiten a “sus propias acciones (del Gobierno), evidenciadas por diversas investigaciones de medios de comunicación”, que la verdad no es sino la publicación de documentos que le fueron “filtrados” a dicho semanario y de los cuales semanas atrás ya había publicado el matutino Reporte Índigo.
¿Qué “gobiernos municipales” ha “destruido” el “grupo especializado” al que se refiere Hugo Luna? ¿Acaso se refiere a gobiernos como el que encabeza Ismael del Toro, quien apenas semanas atrás sostenía reuniones con uno de los acusados, Ricardo Villanueva Lomelí, titular de la SEPAF, para tratar asuntos de su responsabilidad, sin que el alcalde taljomulquense se hubiese quejado o hubiera denunciado antes o después de ese encuentro acción alguna en su contra por parte del gobierno aristotelista?
¿Por qué el propio Del Toro no denunció acción alguna del equipo de Aristóteles Sandoval con el objetivo de “destruir” su gobierno, a lo largo de una amplia entrevista de 60 minutos que sostuvo en el programa radiofónico Desayunando con Radio Noticias el viernes 9 de mayo?Al contrario, recuerdo que Ismael del Toro confesó ante esos micrófonos tener una excelente relación con el Gobernador y con los integrantes del gabinete.
¿Por qué no lo hizo el mismo Hugo Luna durante toda una hora de entrevista que sostuvo en el mismo programa una semana después, el viernes 16 de mayo? ¿O por qué nada de eso denunció el líder moral de todos ellos, Enrique Alfaro, en una amplia entrevista en el matutino radiofónico Radio Noticias 1070 con los periodistas José Ángel Gutiérrez y Patricia Romo, apenas el mes de julio pasado, por referir algunas entrevistas en las que tuvieron oportunidad de denunciar el deseo del gobierno de Aristóteles de destruir los suyos?
Curiosamente ni Hugo Luna ni Ismael del Toro ni Clemente Castañeda ni Salvador Caro ni Germán Ralis y ni Enrique Ibarra denunciaron en su participación en diversos medios de comunicación a lo largo de estos últimos siete meses, nada de lo que ahora se quejan y que supuestamente sucedió… ¡hace siete meses!
No, la verdad es que el problema del Partido Movimiento Ciudadano está dentro de sus filas: en Tlajomulco, donde se pelean la candidatura a la alcaldía. O en Vallarta, donde el alfarismo se “ahoga” en las playas de dicho puerto y donde al parecer no logran “meter en cintura” a los ramoncistas.
Vamos, los alfaristas no se han enterado que el enemigo también lo tienen dentro. O quizás ya se dieron cuenta, pero pretenden distraernos con el cuento de que el “lobo” se los quiere comer y que ellos inocentemente están atrincherados en una casa de paja.