El problema es que los ciudadanos nos hemos acostumbrado, y hasta lo hemos justificado, cuando los gobiernos nos pasan parte de sus responsabilidades, para cubrir su ineficiencia.
Cuando los gobiernos no pueden con algo, entonces nos trasladan parte de la responsabilidad y nos imponen molestias que no nos correspondería aguantar si hicieran lo que les corresponde.
Hagamos una pequeña lista:
Si el gobierno es incapaz de acabar con los ladrones que asaltan a quienes hacen retiros en efectivo en los bancos, porque dicen que desde adentro les avisan vía celular, entonces a ninguno nos dejan ya usar nuestros teléfonos, generando muchas horas/hombre perdidas por la incomunicación dentro de las sucursales.
Como el gobierno no puede, o no quiere, poner un freno a los llamados motoladrones, entonces todos los que se mueven en motocicletas de bajo cilindraje tendrán que ser marcados, como si fueran sospechosos, con un humillante chaleco con el número de placa impreso.
El gobierno es el responsable de la seguridad, los bancos no. Pero como los gobernantes no pueden, o no quieren otra vez, acabar con los asaltantes de bancos, y aprovechando la mala imagen que tienen los banqueros, pues le exigen a éstos que paguen la seguridad dentro y fuera de sus sucursales.
Una más, para no cansarlos. Ante la evidente incapacidad de la autoridad para acabar con la impunidad de quienes asesinan personas al conducir en estado de ebriedad (por la corrupción interna), ahora todos los ciudadanos tenemos que aguantar las molestias de los operativos del llamado Torito.
Si los gobiernos hicieran su chamba podríamos usar nuestros celulares en los bancos, los motociclistas no serían humillados con esos denigrantes chalecos, los bancos no tendrían por qué pagar seguridad privada (que al final la acabamos pagando los usuarios) ni habría necesidad de ningúnTorito; y aún así tendríamos seguridad en las calles.
El problema es que hemos ido aceptando esas imposiciones, en lugar de exigirles a los gobernantes que se pongan a hacer su chamba. Y hasta los justificamos con frases como “peor es que no se haga nada”, “pues todos tenemos que poner nuestro granito de arena”, “tanto que ganan los bancos y ni así quieren pagar” o “pues, ya qué”.
Lo peor es que ¡ni siquiera con las molestias que nos imponen, como las arriba enlistadas, pueden resolver esos problemas!
Por eso, como ciudadanos debemos dejar de aceptar estas imposiciones, exigirle a los gobiernos que hagan su trabajo bien y ya no permitir que nos trasladen lo que a ellos, y sólo a ellos, les corresponde hacer.