Lo que pudo haber sido la mejor herencia que una autoridad electoral hubiese dejado a la ciudadanía jalisciense y pasar a la historia, se vio frustrado por la ambición de algunos cuantos a hacer negocio con la puesta en operación de las urnas electrónicas para las próximas elecciones del 2012.
Tomás Figueroa Padilla, presidente del Instituto Electoral del Estado, desde que asumió el cargo le apostó a la urna electrónica y peleó por conseguir lo que muchos creían imposible: el apoyo económico del Gobierno del Estado para la adquisición de 10 mil 400 urnas electrónicas.
Para el presupuesto del 2012, el gobernador Emilio González Márquez incluyó una partida por varios millones de pesos que estarían destinados a la compra de las mencionadas urnas. Pero un pésimo manejo de la operación por parte de algunos consejeros, dio al traste con lo que estaba destinado a ser la mejor herencia a la historia política de Jalisco.
Al interior del propio Instituto Electoral ha trascendido que algunos de los involucrados pretendieron hacer negocio y echarse unos no pocos pesos a la bolsa a costa de la adquisición de las urnas de manera poco clara. Además, se asegura que un compañero preparatoriano de estos consejeros es integrante de la empresa a la que se pretendió beneficiar.
Y ante ello, lo que hoy queda en el ambiente es que lo mejor es que se descarte completamente la compra siquiera de una urna electrónica más y que la elección del 2012 se lleva a cabo a la vieja usanza: mediante las boletas electorales.
La adquisición de cualquier urna electrónica ya quedó manchada por la desconfianza ciudadana y se asegura que ni siquiera debería considerarse utilizar este instrumento en forma parcial, ya sea en algunos distritos o municipos. Lo mejor, dicen, es que ya se olviden de este asunto.
Es más, para no pocos, con este manejo tan torpe la mayoría o todos los actuales consejeros electorales “sepultaron” su posibilidad de reelegirse en el cargo.
De ese tamaño es la desconfianza y duda, en un proceso que pudo haber dado otro nivel a los consejeros.