Con tres serios fantasmas que lo persiguen, Enrique Alfaro Ramírez comenzará mañana martes 6 de agosto su noveno mes al frente del gobierno de Jalisco: 1. Las licitaciones irregulares y “a modo” del programa A Toda Máquina y del OPD Servicios de Salud; 2. El criticado convenio que firmó con el gobernador de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez, para repartirse el agua del río Verde a través de la presa El Zapotillo; y 3. El drástico y hoy repudiado incremento a la tarifa del transporte público, tanto masivo como colectivo.

Estos tres fantasmas que Alfaro difícilmente pronto se podrá sacudir, van acompañados de la irritación y el enojo de la sociedad porque reflejan la incongruencia y el no cumplimiento de los compromisos que como candidato hizo para obtener el voto, y eso complica más el que pueda sortearlos pronto al ser temas que no advierte tengan reversa e implican un severo golpe para su credibilidad e imagen como gobernante.

Y es que los argumentos que ha dado para explicarlos no sólo contradicen lo que declaró en campaña y han quedado sellados en sus redes sociales -“Siempre hay un tuit…”, es la famosa frase con que se le recuerda lo que alguna vez dijo-, sino que no convencen a una ciudadanía que se siente traicionada por quien alguna vez les despertó la esperanza de que por fin Jalisco iba a tener un gobierno honesto, congruente, con capacidad para resolver sus problemas más agudos. pero a nueve meses de llegar al poder, prácticamente ha sido un fiasco.

El primer gran descalabro del gobierno alfarista ha sido, sin duda, la irregular licitación de A Toda Máquina no sólo por el monto económico en juego, 3 mil 500 millones de pesos, sino porque favoreció a un amigo y todo indica que será el modelo que su gobierno aplicará para este tipo de decisiones, como ya se advierte en la licitación del OPD Servicios de Salud y las licitaciones por los servicios de Laboratorio y Banco de Sangre. Pero hay otras licitaciones quizás menores que siguen al pie de la letra lo que indica el cuadernillo en este tema, y las que abordaremos en otras entregas.

Pero el convenio firmado con el gobernador de Guanajuato y el alza a la tarifa del transporte han provocado movilizaciones ciudadanos de quienes se sienten afectados por ambas decisiones, con mayor gravedad la segunda, por supuesto, porque afecta directamente el bolsillo de miles de usuarios del transporte que siguen sin disfrutar de un buen servicio que justifique un incremento tan alto del 35% que se traduce en 2 pesos con 50 centavos a lo que pagaban antes del pasado sábado.

La movilización de los pobladores de la zona que sería afectada si se construye la cortina de la presa a 105 metros no parará salvo que el gobvierno federal decida lo contrario a lo conveniado por los dos gobernadores, en tanto que las marchas y la protesta de usuarios del transporte público no pararán salvo que se dé marcha atrás -cosa que nadie apuesta que suceda- o que se cansen y terminen por resignarse a pagar la nueva tarifa, aunque está el recurso que algunos partidos políticos advierten que interpondrán de amparo colectivo.

Pero mientras nada de lo anterior suceda, Enrique Alfaro enfrentará el riesgo latente de que la protesta y la movilización ciudadana sea el aderezo que amargue el primer aniversario de haber llegado a la gubernatura.

¿Cuánto tiempo más perseguirán estos fantasmas al gobernados Alfaro Ramírez? ¿Cómo logrará expulsarlos?

Al tiempo.