Desde hace varias semanas el candidato a la gubernatura, “el político” -le llama el priista Eduardo Almaguer- Enrique Alfaro Ramírez, se ha quejado de que una gran sector de la ciudadanía cree que es candidato del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y no sabe que lo es de dos partidos políticos: el del Movimiento Ciudadano y el del Trabajo.
El propio Alfaro Ramírez ha convocado a todos sus simpatizantes para que a través de las redes sociales se aclare que él no es el candidato del PRD sino del PMC-PT.
Pero este no es sólo el único problema que enfrenta aun Alfaro Ramírez a poco más de cuatro semanas de la elección.
Si bien aparentemente no ha tenido problemas de financiamiento, el alcalde de Tlajomulco con licencia tiene que padecer la avasalladora presencia de sus rivales en espots en medios electrónicos de comunicación -inclusive Fernando Garza-, mientras él tiene que resignarse a su eventual presencia que, quiérase o no, representa una enorme desventaja el pasar prácticamente desapercibido.
En torno a estos dos puntos vale aclarar que el primero, la confusión de su candidatura, se debe a la casi nula presencia en la entidad  de los dos partidos políticos que lo postulan y que poca gente los identifica y ubica, amén de que se presta a la confusión de que otros candidatos postulados también por el PMC-PT  son apoyados también por el PRD.
Respecto al segundo caso, la nula presencia de espots en radio y televisión, no es sino consecuencia del espacio que merece el PMC por la votación alcanzada y no porque se le haya otorgado más de manera injustificada a los otros candidatos postulados por partidos que alcanzaron mayor votación.
Pero aun hay más:
Los propios alfaristas -los más cercanos al candidato- aceptan que Alfaro Ramírez no es conocido en una gran parte de los municipios del resto del Estado, lo que obliga un esfuerzo de más del doble y, por ende, ya es una seria desventaja.
Como consecuencia de lo anterior se advierte la falta de estructura que apoye al candidato en gran parte de la entidad, no obstante que meses atrás se presumía de la multitudinaria suma de militantes de la agrupación Alianza Ciudadana que hoy no se observa en los hechos y que hace cuestionable aquellas “cuentas alegres”.
Y si esto no fuera poco, su reciente deslinde ideológico de Andrés Manuel López Obrador y su postura en contra de lo que llamó “la cultura de la muerte”, al referirse al aborto, le vienes restando simpatías y apoyos que había sumado.
El tiempo corre, y sin duda que Enrique Alfaro y su equipo tendrán que encontrar otras opciones para ver en los hechos, y en su momento reflejado en votos, el apoyo mediático que recibe al no destacar las críticas en su contra como sí destacan las críticas que él propina a sus adversarios.