Ayer comenzó la cuenta regresiva para la conclusión de la 60 Legislatura que expirará el día último de octubre próximo.
Dos meses, 60 días, son los que le restan de vida a una Legislatura que hizo el esfuerzo por limpiar la pésima imagen que le dejaron sus antecesoras. Sin embargo, aún permanecen vicios que al inicio de su gestión los actuales diputados prometieron erradicar y no lo lograron. Pero a reserva de que más adelante hagamos un balance y análisis de lo que ha sido la actual Legislatura, vale poner sobre la mesa un tema:
¿Saldrá adelante la reforma a la Ley Orgánica del Poder Legislativo donde se incluya lo requerido para lo que viene, como es una mayoría no priista y por vez primera la presencia de un diputado independiente?
El diputado perredista Enrique Velázquez asegura que sí saldrá adelante dicha reforma, apelando a los dos meses que aún le restan de trabajo. Sin embargo, esa postura y optimismo no parece ser compartido por sus iguales del PRI y del PAN, quienes a partir del uno de noviembre próximo ambos partidos enfrentarán un escenario adverso: no ser mayoría como lo fueron en legislaturas anteriores.
De acuerdo a lo que sucede actualmente, no obstante que aún quedan ocho semanas de labor a esta Legislatura, la esperanza de que Pedro Kumamoto Aguilar llegue con la “mesa puesta” como la pidió para elegir la presidencia de la comisión que quiera, para formar parte de la Junta de Coordinación Política, para recibir los privilegios y prebendas que tienen las diversas fracciones parlamentarias y algunos beneficios más, cada vez se aleja más.
Y es que, además, el joven Kumamoto ya no cuenta con quienes dieron los primeros pasos para legislar en consideración de lo que hoy es una realidad: una diputación independiente. Y me refiero a los entonces diputados Héctor Pizano Ramos, autor de la iniciativa que los simpatizantes del diputado electo se abrogaron llamándola erróneamente “Ley Kumamoto”, y Hernán Cortés Berumen, presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales que aceleró el dictamen de dicha iniciativa.
Hoy Pizano Ramos es secretario de Trabajo y Cortés Berumen “despacha” desde ayer en San Lázaro.
¿Deveras hay o habrá voluntad política de la mayoría de diputados para cuando menos reformar la Ley Orgánica del Poder Legislativo en materia de diputaciones independientes, aunque no con el alcance de las exigencias del joven Kumamoto, o será de las herencias que decidan dejarle a sus sucesores?
El tiempo corre y no se advierte en los actuales legisladores la preocupación que les “quite el sueño” para dejarle la “mesa puesta” al joven Kumamoto Aguilar. Y es que más de uno ya dejó en claro que no les gusta que les “truenen” los dedos para “bailar” al son que les marque el legislador independiente electo.