Como diputado por el PRD, Enrique Alfaro Ramírez votó en 2007 a favor de la designación de Luis Carlos Vega Pámanes, y otros cinco candidatos más, para ser magistrado del Supremo Tribunal de Justicia por un primer período de siete años. Ya como líder moral del partido Movimiento Ciudadano, sus diputados en la pasada Legislatura se abstuvieron en la votación para ratificar a Vega Pámanes por un segundo período de diez años. Esas abstenciones se sumaron a los votos a favor.
O sea que ni Alfaro Ramírez en la 58 Legislatura ni los diputados alfaristas en la 60, encabezados en aquella ocasión por Clemente Castañeda, se opusieron a la elección y posterior ratificación de Vega Pámanes contra el que ahora han dejado ir toda la caballería naranja y sobre el que han lanzado una serie de calificativos -con los que lo descalifican-, que en su momento no expresaron en la máxima tribuna de la representación popular, como es el Congreso del Estado.
Alfaro sufragó a favor de Luis Carlos Vega como parte de las negociaciones que en 2007 hizo su entonces coordinador de bancada Samuel Romero Valle, toda vez que el partido que lo postuló, el PRD, se benefició de una magistratura en la persona de Hugo Olveda Colunga; mientras que los diputados alfaristas  se abstuvieron de emitir su voto en contra o a favor de su ratificación, bajo el argumento de que no se realizó una evaluación a fondo del desempeño de los aspirantes.
Pero ni Alfaro ni sus huestes encabezadas por Clemente Castañeda le encontraron entonces un “pero” a Luis Carlos Vega ni se refirieron concretamente a su persona o encontraron causa grave alguna para votar en contra -así, en ese sentido- de su ratificación por una década más.
Los medios de comunicación registraron que como presidente de la mesa directiva, el perredista Samuel Romero Valle, tras recibir una llamada telefónica, declaró un receso porque su fracción -que complementaban Alfaro Ramírez y Carlos Orozco Santillán-, no estaban de acuerdo con que su candidato, Olveda Colunga, fuera designado magistrado supernumerario y no numerario, lo cual lograron luego de una hora de negociaciones.
En esa ocasión no está registrada la intervención de algún diputado perredista para oponerse a la designación de cualquiera de los candidatos, entre los que estaba Vega Pámanes.
En aquella ocasión tampoco nada dijeron en contra de Luis Carlos los entonces diputados panistas y hoy alfaristas Iván Argüelles, Guadalupe Núñez, José Luis Íñiguez o Angélica Aguirre. Todos votaron de acuerdo a las negociaciones logradas.
Pero tampoco lo hicieron ahora los diputados de Movimiento Ciudadano en la 60 Legislatura, pues a nombre de la bancada habló el diputado Julio García Sánchez quien anunció que el voto de la fracción sería en abstención porque “el Congreso del Estado no realizó una verdadera evaluación del desempeño de los aspirantes”, y agregó que “amparándose en la no obligatoriedad legal, no se ha entrado al fondo del análisis de los expedientes de los candidatos a distintos cargos del Poder Judicial”.
En esa misma Legislatura, pero aún como panista, el diputado Víctor Sánchez -hoy diputado federal alfarista por MC- manifestó un voto de confianza a la elección de los magistrados, aunque se pronunció por concretar una serie de reformas que le permitan al Legislativo una mejor evaluación de los aspirantes a formar parte del Poder Judicial.
Pero ni en 2007 ni en 2014 hubo de los ahora emecistas una condena o una crítica para Luis Carlos Vega Pámanes. En dos ocasiones este nombre estuvo en la mesa, primero para su elección y luego para su ratificación, y en ninguna recibió una crítica, un señalamiento o un cuestionamiento en contra. Al contrario.
Pero hoy son otros tiempos y otros actores. Hoy son otros colores y otros los intereses, por eso hoy se pueden manipular los hechos de ayer y tratar de engañar a la sociedad con declaraciones que están muy lejos de lo que debieron de hacer en su momento.
Esta es, pues, la realidad de ayer y es la realidad de hoy, para satisfacer las ambiciones del mañana.