Hace diez años, en vísperas de cumplirse la primera década del asesinato del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo -un 24 de mayo de 1993 en el aeropuerto tapatío-, quien fuera parte integrante del Grupo Interinstitucional creado para investigar este crimen, Gabriel Guillermo Zermeño Márquez, me reveló:
“Con lo que yo conocí, no hay contundencia para decir que hubo un complot” para asesinar al cardenal Posadas Ocampo.
Y es que el “complot” fue la hipótesis que sostuvo y ha sostenido el cardenal Juan Sandoval Iñiguez y el entonces gobierno estatal de Alberto Cárdenas Jiménez, el que a través primero del diputado y posteriomente secretario general de Gobierno, Fernando Guzmán Pérez Peláez, emprendió una campaña mediática contra la versión oficial de que la muerte de Posadas Ocampo fue resultado de una confusión.
Oriundo de Lagos de Moreno, ex diputado local en la LIV Legislatura por el entonces distrito seis, Zermeño Márquez fue integrante del equipo de abogados del cardenal Sandoval Iñiguez y del gobierno estatal que conformaron la Comisión Interinstitucional para el “Caso Posadas”, junto con la PGR que entonces encabezaba Jorge Madrazo, y los obispos Luis Reynoso Cervantes y José Fernández Arteaga, como representantes de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), autorizada por el entonces presidente Ernesto Zedillo en un afán de involucrar en las investigaciones a los detractores de la versión oficial e impulsores de la hipótesis del “complot”.
Cuando Gabriel Zermeño concedió esta entrevista para el periódico Ocho Columnas, había sido separado ya de esta Comisión -“simplemente me dejaron de llamar para participar en las investigaciones”, dijo-, y se desempeñaba como secretario relator del Tribunal de lo Administrativo del Estado (TAE).
Su participación en los trabajos de la Comisión Interinstitucional duró alrededor de año y medio -del nueve de julio de 1998 hasta principios del año 2000-, de los dos años de existencia de dicha Comisión, que fue considerada ilegal por permitir la intervención de personas ajenas en tareas del Ministerio Público.
En esta entrevista de mayo del 2003 (que transcribiremos en otras entregas), Gabriel Zermeño Márquez hizo un reconocimiento a los obispos Reynoso Cervantes y García Arteaga como conocedores del Derecho que “nunca se dejaron ir por sentimentalismos”. (continúa).