¿Alguien se ha preguntado alguna vez por qué, ayer, la Comisión de Inspección, y hoy, la Comisión de Vigilancia, del Congreso del Estado, hacen correcciones a los dictámenes de las Cuentas Públicas que les envía la Auditoría Superior a la baja y nunca a la alza?
¿Cómo es que la Auditoría Superior del Estado siempre se “equivoca” y aplica cargos por un determinado monto económico que más tarde los diputados en la ahora Comisión de Vigilancia reducen y nunca incrementan, al menos en lo que corresponde a las cuentas públicas hasta del 2008, porque a las del 2009 en adelante ya no pueden “meterles mano”?
Nunca se ha sabido que la Comisión de Vigilancia -y antes la de Inspección- regrese a la Auditoría Superior cuentas públicas para que incremente el monto de los cargos impuestos a los sujetos fiscalizados. Nunca.
¿Cómo es posible que mientras en la Auditoría Superior los entes fiscalizados no pueden solventar todas las observaciones que se les hacen, en un plazo de tiempo determinado por la ley, sin ningún problema lo hacen en la Comisión de Inspección, ante los diputados que forman parte de ella?
¿Alguien se ha preguntado cómo es que en el Congreso del Estado sí pueden solventar las observaciones que no lograron hacer en la Auditoría Superior? ¿Cómo es que los sujetos fiscalizados no logran entregar la documentación para solventar las observaciones, y como por “arte de magia” sí lo hagan ante los diputados?
¿Cómo es que mientras en la revisión de su cuenta pública en la Auditoría Superior los sujetos fiscalizado no tienen en su poder la documentación requerida para solventar las observaciones, “de la noche a la mañana” aparece cuando la cuenta pública ya está en poder de los diputados?
A partir de las cuentas públicas de 2009 la Comisión de Vigilancia no puede hacer modificaciones a las Cuentas Públicas que les remite la Auditoría Superior, pero pueden devolverlas con observaciones luego de que el pleno así lo considere, observaciones que pueden o no ser aceptadas por el órgano fiscalizador.
Extrañamente, ahora que la Comisión de Vigilancia no tiene ya esta facultad de “lavar” cuentas públicas, busca controlar políticamente las mismas reclamando para sí la facultad de devolverlas a la Auditoría sin que pasen por el pleno, incurriendo en una flagrante violación a la Constitución del Estado.
¿No despierta esto sospechosismo, dijera distinguido aspirante panista a la presidencia?
Ya veremos más adelante cómo se “pierden” millones de pesos en el trayecto entre la Auditoría Superior del Estado y el pleno del Congreso del Estado, tras llegar a la “aduana” que es la Comisión de Vigilancia.