Con tres días de atraso y a través de un largo comunicado de prensa del Comité Estatal del PRD, se dió a conocer ayer la renuncia de su presidente, Vícto Hugo Prado Vázquez, al cargo, pero en ninguno de sus diez párrafos da a conocer la razón o las razones que lo llevaron a dejar la dirigencia en la que tenía apenas poco más de un año.

“Víctor Hugo Prado Vázquez renuncia al cargo de presidente del Comité Ejecutivo Estatal del Partido de la Revolución Democrática en el Estado de Jalisco, que surte efectos a partir del 28 de febrero del año en curso”, señala el primer párrafo del extenso boletín de prensa con fecha de ayer domingo tres de marzo, tres días después de que entró en vigor su renuncia.

Pero, ¿por qué renunció? ¿Se dió por vencido? ¿Entendió que no tenía razón seguir al frente del PRD cuando vio que el grupo universitario que controla al partido se ha dado a la tarea de crear el suyo propio de carácter estatal, como el Hagamos? ¿O advirtió que simplemente el PRD ya no tiene futuro?

Del extenso texto en que se da a conocer su renuncia y que refiere amplias partes de la carta de renuncia que envió al Consejo Estatal perredista, rescato algunas partes que plasman claramente la realidad del PRD en Jalisco. De acuerdo al comunicado, Prado Vázquez dijo:

 “El PRD –insistió- cuenta con una base sólida para impulsar la recuperación en Jalisco al contar con dos diputados locales y tres diputadas federales,  13 alcaldes, y poco más de 110 regidores en Jalisco, que pueden ser los cimientos de la reconstrucción del partido”. ¿Deveras el PRD tiene cimientos cuando la mayoría de sus triunfos en 2018 fueron gracias a la alianza que hizo con el partido Movimiento Ciudadano y bajo cuya bandera sus candidatos hicieron campaña, minimizando al partido del sol azteca en el que supuestamente militan?.

¿Puede hablarse de que el PRD “cuenta con una base sólida” y que pueden “ser los cimientos” de su reconstrucción cuando uno de sus dos diputados locales ya logró el registro de su agrupación como partido político y que llevará por nombre “Hagamos”?

Por supuesto que no esgrimir las razones de su renuncia deja abierta la puerta a la especulación y a la libre interpretación su decisión de “aventar la toalla”, lo que no es lo mejor que le puede suceder a un partido en agonía, pues lo que se espera es que su capitán se mantenga al mando hasta que el barco se hunda.

Pero quizás los motivos de su renuncia sean ya lo menos importante cuando se da a conocer tres días después de que Victor Hugo Prado dejó la oficina principal de la sede perredista en Jalisco. Ahora lo que interesa -si es que aún le interesa a alguien- es saber quién tomará el timón del barco amarillo -¿o submarino por lo hundido que está?-, seguramente será la secretaria general, Natalia Juárez Miranda, y el reto que le espera de no ser el último que cierre la puerta de un partido que alguna vez albergó la esperanza de muchos mexicanos y jaliscienses que creyeron que la izquierda en México por fin se había unido.

Ya vimos que no y que, al parecer, esperan que un milagro logre revivir al hoy moribundo partido del sol azteca.