Porque el auditor superior del Estado, Alonso Godoy Pelayo, no renunció voluntariamente a su cargo, el diputado Jesús Casillas Romero se emberrinchó y renunció a seguir formando parte como vocal de la la Comisión de Vigilancia, so pretexto de que tampoco quería imponer su criterio a los demás integrantes de dicha Comisión.
Con un argumento que le ha valido una gran cantidad de críticas en la red social de Twitter, Casillas Romero se “lava las manos” y decide no tomar parte en la sesión en la que públicamente debería de demostrar su congruencia y votar a favor o en contra del informe que rindió la Dirección Jurídica del Congreso y en el que deslinda a Godoy Pelayo de cualquier ilegalidad.
En una sorpresiva e inesperada rueda de prensa a la que convocó de última hora, esta fue la explicación que emitió Jesús Casillas sobre su renuncia a la Comisión de Vigilancia:
“A mi juicio, el Auditor, que en lo personal, para mí, debió de haber tomado una decisión personal de retirarse del cargo, voluntariamente… Que para mí, el Auditor… no le concendo ninguna autoridad moral en el trabajo que viene desarrollando al frente de la propia Comisión (¡sic!), y para no afectar los trabajos que viene desarrollando la Comisión, por la nula credibilidad que le concedo al Auditor, he tomado la decisión de retirarme de la fracción (¡sic!), porque tampoco se trata de imponer el criterio al resto de mis compañeros…”.
Ante el exabrupto en que incurrió al decir que decidía “retirarme de la fracción”, de inmediato corrigió y dijo que se retiraba de la Comisión de Vigilancia.