Roberto López Lara, el nuevo Secretario General de Gobierno de Jalisco, quien sustituye a Arturo Zamora Jiménez en el cargo, no es un funcionario público tan famoso como otros que se estuvieron mencionando en las semanas previas a su designación, pero sí cuenta con las credenciales necesarias para enfrentar el reto.
Conocido en el medio político como “El Chino” López, el nuevo secretario ha sido un funcionario que se ha manejado con un perfil discreto, por eso pudo haber causado cierta sorpresa en algunos sectores su nombramiento. Sin embargo es uno de los políticos más sólidos de la generación que conforma mayoritariamente la actual clase política priista y jalisciense.
Experiencia política. Roberto López se inició a temprana edad en la política, siempre ligado al PRI, y es de los pocos políticos de su generación que lograron formarse políticamente cuando el PRI aún gobernaba en Jalisco, antes de perder la gubernatura en 1995.
Cercano en aquellos años a Carlos Rivera Aceves y su grupo político, acompañó a éste tanto por su paso por el PRI estatal, por la coordinación de los diputados locales priistas y por los tres años en los que fue gobernador interino. Desde entonces no ha dejado de estar activo en la política jalisciense.
Sin duda, esos años de aprendizaje le dieron una formación importante y una ventaja respecto de quienes apenas ahora están teniendo cercanía con el poder político y gubernamental. Además le permiten tener una radiografía más amplia del “quién es quién” de la política estatal.
Mano izquierda y mano derecha. López Lara es un político acostumbrado a la negociación, a la concertación y a la mediación. Prácticamente toda su vida política ha tenido que ver con estas tareas.
Por tanto, la función negociadora que debe cumplir un Secretario de Gobierno no le es ajena y puede considerarse un interlocutor confiable.
Pero también tiene la formación y el carácter para usar la mano dura cuando es necesario, cosa frecuente en la política y en el gobierno.
Perfil discreto. El nuevo secretario ha hecho una carrera política sin buscar los reflectores y ajena a la frivolidad política.
Esto lo convierte en un funcionario confiable para el gobernador y no en un factor de confrontación o de problemas.
Es de casa. Roberto López Lara fue Secretario General del gobierno municipal de Guadalajara, cuando fue alcalde Aristóteles Sandoval.
Desde entonces ha sido un integrante del círculo cercano del actual gobernador, y uno de sus hombres de confianza en los temas políticos, lo que le da una nueva dimensión a la Secretaría General de Gobierno.
Subsecretario con Zamora. Durante los primeros 15 meses de esta administración estatal López Lara fungió como Subsecretario del Interior de la propia Secretaría General de Gobierno, mientras estuvo al frente de ésta Arturo Zamora Jiménez.
Su función como subsecretario le permitió conocer a fondo la situación política y social de todos los municipios fuera de la zona metropolitana. Esto sin duda es un importante factor a considerar.
Pero también le permitió estar dentro de la operación de la Secretaría que ahora encabeza y conocer de cerca los asuntos que Arturo Zamora tenía bajo su responsabilidad.