Ayer, al asumir la presidencia del comité estatal del PRI, Hugo Contreras Zepeda fue claro al advertir que entre el PRI y el gobierno -de militancia priista- habrá una “sana cercanía”, como debe de ser y como en algunas ocasiones no sucedió en el PAN cuando gobernó Jalisco a lo largo de 18 años.
Por diversas razones que ya es de todos conocidos, los gobiernos estatales surgidos de Acción Nacional no lograron siempre mantener esa “sana cercanía”  y, salvo con Francisco Ramírez Acuña, el partido asumía más una postura de oposición que los de oposición.
Las diferencias de los grupos internos panistas fue, podemos decir, la razón principal de ese enfrentamiento gobierno-partido.
Bueno, pues ayer al rendir protesta ante su dirigente nacional, César Camacho Quiroz, Contreras Zepeda declaró:
“Hoy la sociedad jalisciense espera mucho de nosotros. Está vigilante de nuestros aciertos y también de nuestros errores. Lo que nos compromete a actuar con transparencia y con rendición de cuentas.
“Es por todo esto, que hoy manifestamos nuestra sana cercanía del PRI con el gobierno. Estamos convencidos de que este es el camino adecuado. Un partido que apoye las decisiones trascendentales de su gobierno, un partido que se sume al debate público de las ideas y de las propuestas.
“Un partido que exija de sus militantes con responsabilidad pública: honestidad, congruencia y compromiso con las demandas de la sociedad”.
Al escuchar o leer estas palabras del nuevo dirigente priista Hugo Contreras, nos surge de inmediato una pregunta:
¿Cuál será el verdadero papel del Partido Revolucionario Institucional de Jalisco frente al Gobierno del Estado: sana cercanía o sumisión al Gobernador?
Por supuesto que en el PRI es inimaginable esperar una situación como la que vivió el gobierno panista frente a su partido y creo que tampoco es lo indicado ni lo que los propios priístas quisieran ver, pero a lo largo de la historia en el tricolor se han ido al extremo y cuando ha sido el caso, termina por convertirse en una “dependencia” más del Ejecutivo y su dirigencia en servidores del Mandatario, más allá de que el gobernador, por razones naturales, es el primer priista de la entidad.
Pero hoy el PRI regresa al Ejecutivo estatal despues de 18 años, y la verdad que no hay indicio alguno para esperar que las cosas sean diferentes a cuando el gobernador era Carlos Rivera, Guillermo Cosío, Enrique Álvarez del Castillo, Flavio Romero de Velasco, Alberto Orozco, Juan Gil  Preciado…