Mientras Alejandro “Alito” Moreno anunciaba su solicitud de licencia como gobernador de Campeche para emprender nuevos proyectos políticos, que sería su candidatura a la presidencia nacional del PRI, el también aspirante a ese cargo, José Narro Robles, denunció a través de un video en redes que “la mascarada para imponer a Alito al frente de la dirigencia ya comenzó…”.

Aunque hay quienes consideran que con su mensaje Narro Robles se “cura en salud” porque no tiene posibilidades de ganar la elección el próximo 11 de agosto, otros aplauden su decisión de abrir la cloaca de lo que dicen será una elección fraudulenta para favorecer al campechano, a quien acusan de una cercanía sospechosa con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Y sobre ambas cosas se refiere en su video el también secretario de Salud en el gobierno de Enrique Peña Nieto. Sobre un presunto fraude, Narro dice:

“Denuncio que se pretende incorporar a más de 654 mil personas como nuevos militantes, 488 mil de ellos, casi el 75%, procedentes de cinco estados: Coahuila, Ciudad de México, Campeche, Oaxaca y Michoacán” y pide tanto al INE como a la Comisión de Procesos Internos del PRI que no los validen-.

Respecto a la relación de su adversario con AMLO, advirtió:

“El PRI corre el riesgo de convertirse en un satélite del partido (Morena) en el gobierno, en un partido testimonial o marginal”, y agregó que el proceso electoral interno “ha iniciado con vicios y las prácticas menos deseables, con mentiras e incumplimiento de acuerdos, por lo que “quienes han tomado parte en esta farsa deberán dar cuenta de sus actos. El CEN y quienes los han apoyado son responsables de lo que suceda…”.

¿De veras el PRI está en condiciones como para que dos de los más destacados aspirantes a presidirlo se enfrasquen en una guerra donde se denuncia ya presunto fraude, la pretensión de inflar el padrón para beneficiar a uno de ellos y ser aliado del gobierno federal? ¿O será que al verse en desventaja el denunciante pretende descalificar a quien pronostican que se levantará con la victoria? En las condiciones que está el Revolucionario Institucional, ¿no advierten, quizás, la necesidad de evitar un desgaste inecesario, una ruptura, una división interna, y es ahora cuando deben de trabajar por una candidatura única que los lleve si no a fortalecerse sí a no debilitarse más? ¿O de qué tamaño serán los intereses en juego que se hace necesaria una contienda para dirimir las diferencias y saber quién se queda con lo que queda del tricolor?

Faltan ocho días para el registro de aspirantes y habrá que esperar si llegan los dos mejor perfilados o la ruptura se da desde antes, que provoque la participación de uno solo de ellos.

¿Cuándo nos íbamos a imaginar que algún día veríamos una disputa por los huesos de un cadáver?

Pues ese día llegó…