Cuando el equipo de transición del próximo gobernador presenta con bombo y platillo un programa como el Temporal de Becarios, a unas semanas de que inicie la administración, llegó la hora de bajar nuestras expectativas y subir nuestras preocupaciones respecto del gobierno de Aristóteles Sandoval.
El programa presentado este nueve de enero en rueda de prensa encabezada por el coordinador del equipo de transición, Ricardo Villanueva Lomelí, considera la contratación por dos meses de estudiantes o egresados de maestrías y doctorados para “Tender un puente de acercamiento con especialistas en áreas afines a la gestión gubernamental, para generar una participación coordinada entre gobierno, instituciones educativas y profesionistas para llevar a cabo este proceso de transición empleando cuadros altamente competitivos para la función pública”.
Sin duda, este programa parece salido del cajón de las ocurrencias y, como tal, está plagado de inconsistencias.
En primer lugar, con la petulancia de los universitarios, el programa está basado en esa lógica insostenible de que solamente los que cursaron estudios en una universidad -y peor en este caso: los que estudiaron una maestría o un doctorado- están calificados para aportar buenas ideas para el manejo del gobierno o para ser parte de él.
Si este programa se hubiera presentado hace algunos años en los Estados Unidos, por ejemplo, personajes como Bill Gates o Steve Jobs no hubieran podido participar es dicho programa ¡por no haber terminado la universidad!
En segundo lugar, resulta difícil de creer que, sin tener experiencia ni la suficiente información, quienes resulten “beneficiados” de dichos becarios puedan aportar en tan solo dos meses grandes ideas para crear o mejorar las políticas públicas en el estado.
A lo mucho se puede aspirar a que salgan propuestas de cubículo, sin viabilidad real.
El número de contratados -30 de maestría a siete mil pesos mensuales y 10 de doctorado a ocho mil pesos mensuales- ni remotamente podrán superar la riqueza de aportaciones que pudo haberse recibido si este mecanismo de apertura se hubiera hecho con instrumentos y sentido verdaderamente democráticos e incluyentes.
Además, preocupa que a menos de dos meses del inicio de la gestión de Aristóteles Sandoval, éste y su equipo de transición todavía estén buscando ideas y soluciones a los problemas de Jalisco. Entonces ¿de qué les han servido los más de seis meses que han pasado desde el día de la elección?
Lo dicho, cuando el estado tiene problemas tan graves como la inseguridad, el desempleo, la desigualdad social, la falta de espacios en la universidad, el rezago en infraestructura, preocupa que lo que está produciendo el equipo de transición del próximo gobernador Aristóteles Sandoval sea una ocurrencia como el Programa Temporal de Becarios, que no podría tomarse en serio ni para una gestión municipal.