Se autoproclama el autor intelectual de los triunfos electorales de Emilio González Márquez en el 2003 (alcaldía tapatía) y en el 2006 (gubernatura). Se considera a sí mismo como un experto en ganar elecciones. Casi invencible pues.
Sin embargo esas supuestas habilidades nunca fueron suficientes para que Herbert Taylor pudiera hacerse, desde Casa Jalisco,  del control del panismo jalisciense ni de su dirigencia estatal.
El 2009 -con la derrota del PAN en Jalisco- le puso un fuerte revés electoral a Herbert Taylor Arthur, ex Coordinación de Innovación Gubernamental del Gobierno de Jalisco e influyente compadre del gobernador de Jalisco. Claro, luego de la derrota, se quiso deslindar del pésimo resultado panista.
Ahora es Nayarit, donde funge como delegado del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, el estado que regresa de nuevo al piso al soberbio político panista. Ahí el PAN, con la asesoría de Herbert Taylor, también fue derrotado ampliamente en las elecciones de este domingo 3 de julio.
Fanático de la guerra sucia en las campañas electorales, Herbert Taylor no desarrolló otra habilidad más allá de su fórmula aprendida en el 2003 y 2006: retar a sus contrincantes a hacerse una prueba antidoping, acusar al candidato de tener relaciones con el crimen organizado y utilizar las instituciones del estado en contra de los opositores.
Ahora, después de varios años de uso, parece que esa fórmula se agotó, o por lo menos dejó de ser tan eficiente.
Con esta nueva derrota, y con una pésima reputación en el panismo jalisciense, el futuro político de Herbert Taylor se antoja complicado: difícilmente podrá ser candidato por Jalisco a cualquier espacio de elección popular, por lo que ser postulado desde el CEN panista es su única opción.