En la política es muy común, en todos los partidos, que cualquiera que se dice dirigente o “líder” va y pone a las órdenes de quien manda o del candidato en turno, lo que presume es una gran cantidad de “canicas” de su “propiedad” con las que, fantasea y alardea, dicho partido o candidato puede ganar una elección.
Así recordamos a muchos dirigentes de centrales u organizaciones priistas que ofrecieron hasta millones de “votos” a un candidato a la presidencia de la República; a jefes de grupo que en Acción Nacional le aseguran a su candidato que con él y los “suyos” derrotará al adversario; o a jefes de “tribus” perredistas que hacen creer que tiene tras de sí a una gran cantidad de seguidores con los que el PRD se levantará victorioso.
Bueno, pues ahora alguien impuso la famosa y hasta jocosa moda de sacar de un partido político a militantes activos, “disfrazarlos” de “ciudadanos libres” y emprender el camino en búsqueda de la simpatía del líder moral que le permita ser postulado a un cargo de elección popular que en el partido de origen o del que renunció no lograría por carecer ya de los méritos para alcanzar alguna candidatura.
Este puede ser el ejemplo más reciente del diputado Alberto Esquer Gutiérrez, quien el domingo pasado concretó su salida de las filas del Partido Acción Nacional en el que militó por espacio de una década, tras una militancia previa de años en el Partido Revolucionario Institucional, para sumarse ahora a las filas del Partido Movimiento Ciudadano.
De esos aproximadamente diez años que militó en el PAN, Esquer Gutiérrez vivió seis de recursos del erario público gracias a que fue diputado federal y local del PAN, y ahora que advirtió que la posibilidad de seguir ese camino se le esfumaba porque simplemente ya sus “canicas” no le alcanzaban y en su terruño natal -Ciudad Guzmán o Zapotlán el Grande- habían emergido otras figuras, decidió “rasgarse las vestiduras” blanquiazules y decirse víctima de un “golpeteo” inmerecido por parte de la dirigencia del partido al que hasta ese día pertenecía.
Así, de la noche a la mañana y a los pies de uno de los ideólogos del PAN -Efraín González Luna-, Esquer Gutiérrez se declaró “ciudadano libre” y convocó a que sus seguidores también lo fueran.
Y así, entre lunes y martes llegaron a los comités Municipal, primero, y Estatal, después, las renuncias por escrito de 83 militantes activos de Zapotlán el Grande, seguidores de Esquer Gutiérrez, de un padrón total de 411. O sea que apenas el 20% de la militancia panista guzmanense decidió seguir a su “líder” en la aventura “ciudadana” de ir por nuevos aires libertarios.
Pero trascendió que de esos 83, diez ya se habrían arrepentido de haber abandonado su militancia azul y estarían pensado regresar al “redil” del que, al parecer, ahora se dan cuenta que nunca debieron haber salido. O sea que el renunciante corre el riesgo de que ahora a él le renuncien algunos de sus inicialmente seguidores.
Así, pues, habrá que estar atentos para confirmar si, como se asegura, se le comienza a “desgranar” la mazorca ex azul, hoy naranja, a Esquer Gutiérrez.