Si entendí bien, hoy martes se emitirá la convocatoria para la elección del nuevo presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PAN y a decir de propios y extraños, el coordinador de los diputados Ricardo Anaya arranca con ventaja para volver a ocupar esta silla en la que ya estuvo de manera interina.
Seguramente al conocerse los detalles de la contienda en esta covocatoria, el ex gobernador Francisco Ramírez Acuña se definirá si le entra o no. La semana pasada sólo deslizó esa posibilidad, que dependía del encuentro que sostuviera con otros panistas. El viernes pasado, en amplia entrevista con Desayunando con Radio Noticias, refirió que aun no se había decidido.
Ante los “destapes” anticipados y anunciados desde días atrás de Anaya y del senador Javier Corral, que muy a su estilo se “estrenó” impugnando a algunos de los integrantes de la Comisión Nacional Organizadora de la Elección del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, que encabeza el senador Héctor Larios Córdova, advierto a Ramírez Acuña en desventaja como para “destaparse” en estos días.
Ramírez Acuña tiene que analizar detenidamente cada paso que da, luego de que esta es la segunda ocasión que aspira a esta candidatura. No puede tropezar dos veces con la misma “piedra” y eso me hace augurar que quizás decida hacerse a un lado, pero mantener su activismo entre el panismo nacional y jaliscienses, al que dijo estará muy cerca en caso de no buscar la dirigencia nacional.
Sin duda, Ricardo Anaya tiene la ventaja no sólo de haber sido colaborador cercano del actual dirigente Gustavo Madero Muñoz, al ser su secretario general del CEN y posteriormente cubrirlo interinamente en tanto aquel obtenía la candidatura plurinominal a la próxima Legislatura federal. Desde entonces, Anaya ha logrado establecer compromisos y una relación estrecha con la mayoría de los comités estatales que en su momento se la jugaron con la fórmula Madero-Anaya para la dirigencia nacional.
No ha sucedido nada que nos haga creer que Ricardo Anaya perdió ya esos apoyos.
Si bien no hay fecha definida para la elección, se estima que sería en agosto con la participación de la militancia blanquiazul y ya no en convención ni en asamblea, como era anteriormente y se daba por hecho que con ese formato era más fácil “cargar los dados” hacia un lado. Hoy podría ser más difícil hacer esto, pero no imposible.
Así, pues, dándose el “banderazo” de salida para que los contendientes comiencen su campaña de convencimiento a sus correligionarios, sabremos el peso que tendrá, primero, el ex secretato de Gobernación Francisco Ramírez Acuña en su papel de preaspirante en caso de que finalmente no participe, pero que en su encuentro con otros panistas algo habrá “amarrado” a favor de quien sea su “gallo”.
Por el otro, también sabremos el peso del panismo jalisciense, y particularmente de la corriente que actualmente mantiene en su poder la dirigencia, para el triunfo de su candidato. La ocasión anterior el voto del PAN en Jalisco fue muy importante para el triunfo de Madero-Anaya, hoy estará a prueba tras el desastroso resultado electoral del pasado domingo siete.
Al tiempo.