Todo parece indicar que las “cuentas alegres” que Ricardo Anaya, virtual candidato presidencial del Frente, y Dante Delgado Rannauro, habían hecho sobre la cantidad de votos que obtendrían en Jalisco el primero para lograr llegar a Los Pinos y el segundo para obtener su primera gubernatura con Enrique Alfaro Ramírez como candidato, no son tan “alegres” en la realidad y hoy la dirigencia nacional del PAN busca desesperadamente imponer una alianza con el partido alfarista Movimiento Ciudadano que los panistas jaliscienses rechazaron -y rechazan- categóricamente.
O sea, a través de quienes dejó al frente de la dirigencia nacional, Ricardo Anaya pretende obligar a la militancia en Jalisco lo que su Comisión Permanente, primero, y su Consejo Estatal, después, rechazaron por unanimidad: adoptar por la fuerza al alfarismo como su bandera para obtener alcaldías y distritos locales e, indirectamente, hacer trabajo proselitista para el candidato de MC a la gubernatura, Alfaro Ramírez.
Ese es, sin duda, el objetivo del veto que el CEN del PAN impuso a la decisión de la Comisión Permanente y del Consejo Estatal, según el documento oficial que ayer hicieron llegar a la dirigencia estatal que encabeza Miguel Ángel Martínez Espinoza y que firma el secretario general Marcelo de Jesús Torres Cofiño.
Parte de este documento dice textualmente:
“SEGUNDA. Con fundamento en el artículo 38, fracción III y X, de los Estatutos Generales del Partido, se veta la determinación tomada por el Consejo Estatal, por lo que hace a la ratificación del Acuerdo que se transcribe a continuación:
“ACUERDO MEDIANTE EL CUAL SE MANIFIESTA AL CONSEJO ESTATAL LA NEGATIVA ANTE LA POSIBILIDAD DE SUSCRIBIR CONVENIOS DE ASOCIACIÓN ELECTORAL CON OTROS PARTIDOS EN ELECCIONES LOCALES DERIVADOS DE LOS SIGUIENTE.”.
“Por resultar contrarias a los objetivos y trabajos desarrollados por el Partido Acción Nacional; así como, a los derechos constitucionales de alianza política y electoral de los partidos políticos.
“TERCERA. Se exhorta al Presidente del Comité Directivo Estatal del Partido Acción Nacional en el Estado de Jalisco a que de manera expedita convoque a la Comisión Permanente Estatal y al Consejo Estatal a efecto de conocer nuevamente del tema relacionado con la autorización a la Comisión Permanente Estatal de suscribir convenios de asociación electoral con otros partidos en elecciones locales, de conformidad con la legislación electoral corespondiente y considerando los argumentos esgrimidos en el presente proveído…”.
Con lo anterior, Ricardo Anaya falta a su palabra de respetar la decisión de la militancia en Jalisco de ir o no en alianza y se burla de ella al pretender obligarla a suscribir una alianza con el partido Movimiento Ciudadano a fin de satisfacer sus intereses personales, luego de que logró imponerse como virtual candidato a la presidencia.
Este veto y la imposición que pretende hacer al panismo de Jalisco ha sido interpretado como que ante el descenso que registra el partido Movimiento Ciudadano, y en particular su candidato a la gubernatura Enrique Alfaro, en la preferencia ciudadana, se hace obligada esta coalición antes de que venza el plazo para registrarla -el próximo 3 de enero-, toda vez de que al parecer en los hechos se le ha modificado el panorama optimista que tenían de alcanzar más de un millón de votos en la entidad.
¿Por qué cree Ricardo Anaya que el panismo jalisciense responderá positivamente a su imposición, luego de haber “mandado al diablo” una decisión que ya habían tomado y aprobado? ¿Deveras cree Anaya que el panismo jalisciense correrá a las urnas el próximo uno de julio de 2018 a votar a su favor y de los candidatos del partido alfarista Movimiento Ciuadada, luego de ignorar su decisión e instruir a la dirigencia que dejó a vetarla? ¿No habrá caído en la cuenta de que el veto y obligar a una alianza ya rechazada y despreciada por el panismo jalisciense le será contraproducente y provoque que el panismo real de Jalisco no acuda a las urnas o prefiera darle su voto a otros candidatos? ¿Habrán actuado de la misma manera en otras entidades donde esta alianza, que ya estaba acordada y firmada, se rompió y fracasó o será únicamente en Jalisco por la cantidad de votos que representa?
Sin duda Ricardo Anaya y sus sucesores en la dirigencia nacional se han colocado “la soga al cuello”, aunque habrá que esperar para ver si en pleno período vacacional y fiestas navideñas, se logra reunir el quórum de la Comisión Permanente y del Consejo Estatal, y aún así confirmar si la mayoría calificada del panismo acepta someterse a los caprichos de su ex dirigente y servir de promotores y propagandistas del partido alfarista Movimiento Ciudadano y, por ende, de sus candidatos que encabezará Enrique Alfaro.
Al tiempo.