Ricardo Villanueva Lomelí rendirá protesta hoy poco después del mediodía como nuevo rector del Centro Universitario de Tonalá, nada menos que con la presencia de quien fue su jefe en los últimos siete años: el gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.
Contra lo que algunos piensan, Villanueva no llega hoy a la antesala de la rectoría general para el 2018. Sería muy prematuro y quizás un poco atropellado, poco ortodoxo, incluso en contra de la forma en que tradicionalmente se decide una rectoría general, el que así sucediera.
No, Villanueva Lomelí llega a la rectoría regional pero para comenzar apenas un proyecto que estaría fructificando a mediano plazo. Algo así como dentro de ocho años, allá por el 2024. Si todo avanza como se asegura lo están proyectando, las posibilidades de Ricardo de ser rector general sería más amplias no en la sucesión de Tonatiuh Bravo Padilla sino en la de quien releve a éste dentro de dos años. En el 2018. O sea, dejarán transcurrir el siguiente sexenio
¿O se imagina alguien a Villanueva Lomelí como rector general y a Enrique Alfaro como gobernador, encontrarse nuevamente cara a cara y conviviendo durante seis años? Yo no.
De hecho, las altas posibilidades de que el actual alcalde de Guadalajara logre la gubernatura en el 2018 obligará al líder del Grupo Universidad a analizar muy bien el perfil de quien se requiere para ser el rector general durante el siguiente sexenio, pues indiscutiblemente el perfil de quien llevará las riendas de la UdeG dependerá en mucho de quién llegue al gobierno del estado.
Y en este sentido, con las amplias posibilidades de que el próximo gobernador sea Alfaro Ramírez no hay que descartar las también altas probabilidades de que por vez primera la Universidad de Guadalajara tuviera una rectora. Sí, una mujer al frente de la segunda universidad más importante del país.
¿Su nombre? Hay quienes ya lo están perfilando, pero de este tema hablaremos más adelante.
Por lo pronto, la presencia del Mandatario estatal -quien no asistió a ninguna otra toma de protesta de rector de Centro Universitario alguno-, en la toma de protesta de Villanueva Lomelí tiene un significado especial: “arropar” a quien fue su jefe de asesores en Guadalajara y titular de la SEPAF en el Ejecutivo estatal, y cuya llegada nuevamente a la vida académica no fue bien visto por propios y extraños, principalmente porque no se ha encontrado -ni él la ha notificado- razón alguna que ameritara y justificara su licencia como regidor en Guadalajara.
Incluso, se asegura que al interior de la propio Universidad de Guadalajara hay cierta inconformidad por la manera poco ortodoxa en la que Villanueva arriba a una rectoría regional, pues quienes han ocupado y ocupan ésta responsabilidad lo han hecho provenientes de las aulas universitarias y no de una oficina de la administración pública.
La forma y razones no conocidas en que Ricardo Villanueva dejó la regiduría en Guadalajara y la manera en que regresa a la vida académica de la máxima Casa de Estudios es la razón por la que se interpreta que el gobernador Sandoval Díaz ha decidido asistir a su toma de protesta al frente del CUTonalá, pues se considera que no es suficiente el que haya sido su colaborador como para estar presente en esta ceremonia.
Así, pues, si bien la presencia del gobernador Aristóteles Sandoval le pondrá un “sabor” especial a la llegada de Ricardo Villanueva al CUTonalá, lo realmente importante, lo de fondo, es estar atento para conforme avance el tiempo, con una reelección de por medio como rector regional, ir confirmando si el camino que andará el ex regidor tapatío tiene como meta final el piso 11 del edificio de rectoría. Al tiempo.