Ironías de la vida. El último tuit escrito por el diputado Saúl Galindo Plazola daba cuenta de la toma de protesta del maestro Raúl Sánchez Jiménez como fiscal general de Jalisco ante el pleno del Congreso del Estado, el pasado 15 de diciembre.
Trece días después, nada menos que en el Día de los Inocente, el fiscal general Sánchez Jiménez está avocado a investigar, esclarecer y sancionar el artero asesinato del diputado del PRD, Galindo Plazola, presidente de la Comisión de Justicia -otra ironía más- del Poderl Legislativo, sucedido hoy por la mañana en su rancho de Tomatlán.
Irresponsable es especular sobre los motivos de su asesinato, pero indudablemente es tan reprobable como muchos de los crímenes cometidos en contra de personas que no forman parte de la fama púbica por su actividad; sin embargo, al ser militante de un partido político, representante popular -diputado- y aspirante a repetir en el cargo de presidente municipal de su natal Tomatlán, su muerte se enmarca en la vida política del estado y, particularmente, en el período prelectoral que vivimos.
La condena unánime al asesinato de Saúl Galindo debe tener como respuesta el esclarecimiento lo más pronto posible del crimen -sus razones, para evitar las especulaciones- y la detención de los responsables materiales, pues dejar que el tiempo corra es dar pie a que comiencen las campañas políticas con un mal sabor de boca que en nada ayuda la política, a los políticos, al proceso electoral y a Jalisco mismo.
En los últimos días se han registrado crímenes como el que hoy condenamos, en contra de personajes de la vida pública y hay una sola demanda de todos ellos al unísono: su esclarecimiento, la detención y el castigo a los culpables.
De por sí la inseguridad pública en Jalisco, y particularmente en la zona metropolitana de Guadalajara, ha sido la asignatura pendiente por resolver, con crímenes como los ocurridos en las últimas fechas el problema se agudiza aún más y la irritación social se incrementa.
Hagamos votos porque los´mencionados asesinatos sean pronto esclarecidos y los responsables castigados, pero también porque no haya intereses muy en particular que pretendan aprovecharse del clima político-electoral al que estamos arribando para general inquietud, miedo, temor, intranquilidad y desconfianza entre la ciudadanía de Jalisco.
Las autoridades estatales y municipales tienen la alta responsabilidad de devolverle la tranquildad a cada uno de nosotros que aquí habitamos y, la verdad, es lo menos que podemos esperar.