¿Alguien se enteró qué dijo Dante Delgado Rannauro la semana pasada en Ciudad Guzmán? Es más, ¿alguien se había enterado que estuvo aquí en Jalisco el dueño del Partido Movimiento Ciudadano?
Muchos se dieron cuenta de su presencia y de lo que dijo hasta que el dirigente estatal del PRI, Hugo Contreras Zepeda, convocó de manera imprevista a una rueda de prensa el viernes pasado que para contestarle las ofensas que el ex priista lanzó en contra del gobernador Jorge Aristóteles Sandoval.
Y no sólo Hugo Contreras dijo quién sabe cuántas cosas en contra de Dante sino hasta mostró fotografías y periódicos de cuando el ex gobernador interino de Veracruz estuvo en la cárcel, lugar donde dicen que ideó la creación del Partido Convergencia y hoy convertido en el Partido Movimiento Ciudadano.
Más allá de lo que dijo Delgado Rannauro, habría que preguntarse si fue una buena estrategia la del dirigente priista salir a la palestra ante los medios y arremeter en su contra, pues una vez más -como lo han hecho ya otros partidos políticos-, parece que los más empeñados en hacerle promoción al partido alfarista son sus adversarios, pues tanto el PRI como el PAN y el PRD mantienen en su discurso tanto a Enrique Alfaro Ramírez como al Partido Movimiento Ciudadano.
No hay discurso, no hay entrevista, de carácter político-electoral, en donde los priistas y demás se lanzan en contra del alfarismo, lo que para no pocos es una manera de hacerle publicidad a la “franquicia” de Alfaro Ramírez y a su persona misma.
Al PRI y demás partidos políticos les ha faltado imaginación, creatividad y contundencia para demostrarle a los ciudadanos que el Partido Movimiento Ciudadano es igual a ellos, un partidos político donde se hace o se deja de hacer lo que decida su mandamás Dante Delgado; donde al igual que en muchos partidos lo que menos existe es democracia ; que como en todos los partidos hay una “burbuja” que es la que decide el rumbo y un Gran Elector que es quien define quién es y quién no es candidato, por “dedazo”, claro; que quienes conforman esa burbuja son igual o más políticos que varios de los que hoy forman parte de las dirigencias de esos otros partidos políticos.
Los priistas como los panistas y perredistas parecen estar más preocupados por lo que hacen los alfaristas y actuar en consecuencia, en lugar de resaltar y destacar las propuestas o acciones propias para contrarrestar a las huestes del también ex priista Alfaro Ramírez.
Y, por supuesto, los alfaristas dejan correr todo aquello que les signifique publicidad gratuita.
Así, pues, que nadie se diga sorprendido si al paso de los días confirmamos que los mejores propagandistas del alfarismo son sus propios adversarios.