Todo parece indicar que Tarcisio Rodríguez Martínez es ajeno a los presuntos actos de corrupción que se habrían dado en Carreteras y Puentes Federales (CAPUFE) por funcionarios menores cuando él fue director general de esta dependencia federal, y aun después de que dejó el cargo para irse como secretario particular del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Hace algunas semanas se ventiló que se detectó que algunos funcionarios y ex funcionarios de CAPUFE participaron en estos actos ilícitos, por lo que la actual administración de la dependencia presentó denuncia en contra de 13 ex funcionarios y funcionarios, en tanto que la PGR ya habría solicitado la correspondiente orden de aprehensión.
De acuerdo a la información revelada en algunos medios impresos de circulación nacional, estos ex funcionarios y funcionarios habrían obtenido ganancias por 360 millones de pesos como resultado de pedir “mochada” a empresarios de la construcción a cambio de otorgarles obras carreteras.
Estas acciones fraudalentas las habrían llevado a cabo durante cinco años, de 2009 a 2012.
Bueno, pues en el marco de estas denuncias, cabe señalar que Tarcisio Rodríguez fue director general de CAPUFE de abril del 2008 a diciembre del 2011, por lo que las acciones denunciadas sé habrían llevado durante parte de su gestión y de quienes lo sucedieron en el cargo: Agustín Muciño Martñinez, de manera interina, y Guillermo Castillo Caballero, quien habría cerrado en el cargo el sexenio calderonista.
Sin embargo, en los hechos está lejano que al menos el ex dirigente panista Rodríguez martínez hubiese tenido qué ver con los actos denunciados, pues de acuerdo a lo que se conoce, éstos fueron cometidos por funcionarios menores cuyo nivel estaba muy por debajo de la dirección general.
Cabe señalar que de acuerdo al organigrama del CAPUFE, después de la Dirección General le seguía la Dirección de Operación y a ésta una Subdirección de Operación, seguida de una Gerencia y posteriormente una Sub Gerencia, a la que le seguía la Superintendencia de Grúas, cuyo titular presuntamente fue quien encabezaba estos actos ilegales.
Además de esta distancia entre el Superintendente de Grúas que habría cometido el ilícito y la Dirección Nacional, al interior del CAPUFE existía un estricto control en la adjudicación de obras, pues durante la administración de Tarcisio Rodríguez Martínez prácticamente todas las obras carreteras se licitaron públicamente a través de CompraNet, aun aquellas que tenían la posibilidad de adjudicar de manera directa.
Las únicas obras que se adjudicaron directamente fueron aquellas que por su urgencia (puentes dañados, carreteras afectadas…) tenían que llevarse a cabo después de una contigencia o catástrofe natural (sismo, temblor, huracán, etc…).
Aunado a esto, dado que prácticamente en todas las obras de CAPUFE tiene que ver BANOBRAS, ésta institución bancaria mantenía -y seguramente mantiene aun- una supervisión permanente a Carreteras y Puentes Federales.
Las versiones periodísticas señalan que los funcionarios y ex funcionarios participantes de estas acciones ilícitas, causaron un daño al erario público; sin embargo, se asegura que esto no sucedió porque lo que los involucrados pedían a las empresas eran “mochadas” para otorgarles obras carreteras que no existían. O sea no era dinero que debió entrar a las arcas de CAPUFE.
De esta manera, pues, si todo lo anterior se confirma, no dudamos que Tarcisio Rodríguez Martínez, el particular de Calderón, estará durmiendo muy tranquilo.