El gesto de Carlos Lomelí Bolaños de cederle el uso de la palabra a Alberto Uribe Camacho en el mitin de cierre de precampaña de él y de Andrés Manuel López Obrador, tiene un alto significado político de futuras consecuencias.
De entrada, quiero creer que no fue una decisión del momento ni espontánea porque eso es poco probable en actos políticos como éste donde la atención debe de estar centrada en el candidato presidencial y, en este caso, en el que va por la gubernatura. La cesión del micrófono a Uribe, por tanto, me quedo con que se enmarcó dentro de la logística del multitudinario evento.
Por otro lado, no es común que en un acto como éste se le dé el uso de la palabra a un coordinador de campaña del candidato presidencial de reciente designación y cuando se sabe que no hay estrecha relación ni con el candidato ni con la dirigente del partido Morena, Yeidckol Polevnsky, sino sólo con el coordinador en la primera circunscripción, Marcelo Ebrard.
Vamos, nunca en un evento de esta naturaleza el coordinador de campaña es co protagonista públicamente haciendo uso del micrófono.
Si, habrá quien diga -y no le falta razón, por supuesto- que lo que representa que Alberto Uribe se haya sumado a las filas del lópezobradorismo no es cualquier cosa, pero el significado que lo haya hecho uno de los principales pilares del movimiento alfarista y el momento en que lo realizo fue mucho más relevante que era necesario “presumirlo” en un evento como el cierre de campaña del mismísimo Andrés Manuel López Obrador.
Uribe, sin duda, tuvo un recibimiento en el presidium que pocas veces se le da a un coordinador de campaña y tampoco fue casualidad que haya sido colocado a la izquierda de López Obrador para con Lomelí a la derecha, los tres levantar la mano en son de triunfo.
En política no hay casualidades.
Quienes estuvieron ahí cuentan que Alberto Uribe recibió en dos ocasiones el aplauso de los asistentes, mientras en los audios emitidos en algunos noticiarios se escucharon los gritos de: “¡Uribe! ¡Uribe! ¡Uribe!…”.
Hay quienes consideran -y hay razones para creerlo-, que el colocar a Uribe Camacho como co protagonista de este evento,  aunque hubiese sido por muy pocos minutos -recordemos la aparición de Marlon Brandon en la película “Apocalypse Now”, por la que cobró un monto millonario-, tuvo como propósito “medirlo” ante la audiencia y con la presencia del candidato presidencial.
Claro que otras especulaciones podrán desatarse de lo sucedido el domingo ahí en la glorieta de los Niños Héroes, que ya veremos al paso del tiempo si algunas o todas ellas se vuelven realidad.
Al tiempo, pues.