Cuentan que el presidente Enrique Peña Nieto decidió remover de sus cargos a Emilio Lozoya, de Pemex, por su enfrentamiento con el grupo de Hacienda que encabeza Luis Videgaray Caso, enmedio de la crisis por los bajos precios del petróleo; y a Mercedes Juan, por no saber enfrentar con eficacia la crisis del zika.
Por un lado, decidió “cortar por lo sano” una pésima relación entre dos de sus colaboradores; por el otro, decidió hacer el relevo en un área muy importante como es la de salud, ante la magnitud que registra el avance de esta enfermedad provocada por un mosquito.
¿El gobernador Jorge Aristóteles Sandoval Díaz debe de replicar la decisión de Peña Nieto o todos sus secretarios han demostrado ser eficaces en la solución de los problemas que agobian al estado y tener una excelente relación entre sí, que permite que en su administración todo marche “sobre ruedas”?
Por supuesto que no es así.
Hay voces autorizadas que consideran que algunos integrantes del gabinete han dejado mucho qué desear y quedado a deber, pero que no entienden por qué el Mandatario los ha mantenido en el cargo o por qué ha tardado tanto en relevarlos.  A lo largo de los meses, nombres van y nombres vienen de quienes se especula que deben de dejar el gabinete.
También es un secreto a voces que la relación entre varios miembros del grupo aristotelista no es la que debe reinar en un equipo de trabajo, más allá de las diferencias  que pueden considerarse naturales. Se sabe de que entre algunos colaboradores del Mandatario estatal las “zancadillas” y los “golpes debajo de la mesa” están a la orden del día.
Voces al interior del gabinete estatal cuentan que cada vez son más las “filtraciones” que se hacen a los medios de comunicación con el propósito de “menguar” al adversario dentro del equipo, ya sea para promocionar a unos o para deslegitimar a otros. Por no contar con las pruebas que lo sostengan, prefiero omitir nombres.
Pero de que la relación entre algunos de los integrante del gabinete no es la más adecuada para “remar” en el mismo sentido, es un hecho y eso lo saben los involucrados. Y, por supuesto, lo sabe el jefe de todos ellos.
Días previos a su informe, Aristóteles Sandoval aseguró que no vendrían cambios en su gabinete, pero curiosamente es dentro de éste de donde surgen versiones de que no tardará mucho el momento de  los nuevos relevos, aunque se abstienen de expresar los motivos.
Pero valga decir que voces en otros sectores hablan también de la necesidad de que el Gobernador haga cambio de algunos colaboradores, pero sólo “en corto” se atreven a mencionar algunos nombres. Y es que no comparten la opinión del Ejecutivo y de su equipo de que todo esta bien.
Al tiempo.