En tiempo de incertidumbre y preocupación, como la que estamos viviendo los mexicanos a partir de la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos de América, el país necesita de un fuerte liderazgo nacional, no sólo de un gobierno.
No basta en esta coyuntura que las “instituciones” hagan su papel como siempre lo han hecho, que se haga un discreto trabajo diplomático, ni que el Presidente Peña Nieto nos pida tener buena vibra o les mande decir a nuestros paisanos del otro lado que “no están solos”.
El momento y los próximos días, meses y años requieren otro tipo de liderazgo y de que desde el gobierno alguien encabece una estrategia que nos una a los mexicanos de aquí y de allá y que nos permita hacer las alianzas necesarias para enfrentar cualquier agresión a México desde el nuevo gobierno norteamericano.
Los mexicanos necesitamos ver que desde el gobierno se diseñe y se comparta una verdadera estrategia que considere:
1. Un diagnóstico real de los riesgos económicos, políticos y sociales que podrían presentarse en todo tipo de escenarios en los que pueda actuar en nuestra contra el gobierno de Donald Trump. Ya basta de seguir diciendo que no pasará nada y que fue sólo discurso de campaña, porque lo mismo dijeron cuando aseguraban que no podía ganar la elección.
Quedó claro que por la percepción de que ganaría Hillary Clinton el gobierno mexicano no hizo completa la tarea para dimensionar los riesgos que puede tener México frente a un nuevo gobierno norteamericano.
2. Una nueva diplomacia que anteponga siempre los intereses de los mexicanos por encima de los “compromisos regionales”, las “visiones hemisféricas” o la “buena amistad” entre los dos países.
Seguir diciendo que ambos países somos “amigos” y “aliados” es cerrar los ojos ante una realidad que se ha sostenido por décadas y que se ha agudizado con la elección de Trump.
3. Una clara lista de acciones que deberemos tomar gobierno y sociedad para enfrentar estos nuevos retos:
El gobierno federal debe señalar con claridad qué hará para frenar cualquier intento del gobierno de Trump de perjudicar a los mexicanos, poniéndose irrestrictamente del lado de México y no de la “diplomacia”.
Pero también los empresarios de todos los tamaños necesitan que su gobierno les de un panorama real de lo que puede venir en materia económica y comercial, para saber qué acciones deben tomar dentro de sus empresas y dentro de sus mercados. Esto es fundamental para que el miedo o la desinformación no nos lleve a tomar malas decisiones.
Los inversionistas extranjeros, aquellos que vinieron a invertir aquí, también deben saber qué haremos como país para proteger sus inversiones y seguir generando un lugar propicio para la apertura o ampliación de los negocios.
La mayoría trabajadora también debe saber qué pasará con su trabajo y con su dinero. El gobierno no puede ser omiso en decirles claramente a los mexicanos trabajadores qué puede venir y qué deben hacer para que su situación no se empeore.
También los integrantes del gobierno federal, desde el último al primero, como los gobiernos estatales y municipales deben recibir indicaciones de cómo utilizar los recursos públicos que administran, para que contribuyan al esfuerzo conjunto y no al empeoramiento de la situación.
4. Las crisis y las amenazas son momentos propicios para el liderazgo político y social. El Presidente Peña Nieto debería ser quien personificara y encabezara ese papel, pero su figura y la de su gobierno están gravemente deteriorados.
Esta es su gran oportunidad para recuperar parte de lo perdido o para acabar de hundirse.
Recordemos que la experiencia nos indica que los espacios vacíos no se quedan así sino que siempre habrá quienes los ocupen.
Sí, en estos momentos de incertidumbre, los mexicanos necesitamos un líder que nos una frente a las amenazas del gobierno de Donald Trump.