Al presidente Enrique Peña Nieto le urge hacer algo contundente que nos haga creer a los mexicanos que de verdad está comprometido en el combate a la corrupción y así tratar de superar los escándalos de la casa blanca de su esposa, la del secretario Videgaray y el del conflicto OHL-Infraiber.
Perseguir y encarcelar a políticos de primer nivel, de todos los colores, parece ser la siguiente jugada que se intentará desde Los Pinos, con el acuerdo de los principales partidos políticos, para tratar de limpiarle la imagen al presidente y para desahogar la irritación social, que ya está harta de ver tanta corrupción y no ver a ningún político en la cárcel.
Marcelo Ebrard Casaubón, el ex jefe de gobierno de la Ciudad de México, por el lado de la izquierda, y el ex gobernador panista de Sonora Guillermo Padrés Elías parecen estar entre los principales candidatos a enfrentar muy pronto la persecución de las autoridades. Faltaría por decidir quién sería el priista que sería entregado para darle un tinte de imparcialidad a la estrategia.
El ex perredista Ebrard estaría enfrentando a la justicia por las graves irregularidades detectadas y documentadas en la construcción de la línea 12 del Metro de la Ciudad de México. Para dejar el camino libre al probable proceso judicial la dirigencia nacional del PRD le negó la posibilidad de ser candidato a diputado federal. Sabiendo de la persecución que enfrentará el ex jefe de gobierno buscó desesperadamente esa candidatura también en Movimiento Ciudadano, pero en los tribunales le quitaron esa opción. Ahora, argumentando su doble nacionalidad busca que Francia lo considere un perseguido político y lo proteja para salvarse de ir a la cárcel.
En el caso del ex gobernador de Sonora, sus múltiples excesos y corruptelas dan una baraja de opciones para enderezar una causa en su contra. El anuncio de la gobernadora de Sonora Claudia Pavlovich Arellano de la próxima creación de una fiscalía especial e independiente para que investigue los actos de corrupción de la administración de Padrés y el deslinde que hizo de él el dirigente nacional del PAN Ricardo Anaya muestran que él sería el que pagará la cuota panista en esta estrategia.
En las filas del PRI aún falta por definir al candidato a ser encerrado. Algunos apuntan como favorito al todavía Gobernador de Nuevo León Rodrigo Medina de la Cruz, pero habrá que esperar a ver si surge otro, u otros candidatos.
El presidente Peña Nieto sabe que tiene que hacer algo contundente para demostrar que realmente está comprometido en el combate a la corrupción. La ciudadanía así se lo exige.
Perseguir y encarcelar a políticos encumbrados de todos los partidos parece que será el intento para tratar de generar esa percepción.
¿Qué ganan los partidos de oposición sacrificando algunas de sus piezas? Uno, hacer creer que también están comprometidos en el combate a la corrupción: dos, tratar de contribuir a limpiar la imagen de la clase política en su conjunto; y tres, deshacerse de algunos personajes que se han convertido en lastres para sus dirigentes.
Lo que falta por ver es si la estrategia se puede concretar con éxito y si funciona para limpiarle las manchas a Peña Nieto.