Al observar esta fotografía que acompaña al texto pregunto: ¿Son todos los que están o están todos los que son?
Y es que ver en ella a Jaime Prieto, Antonio Cruces, Abel Salgado, Jesús Casillas, Enrique Torres y Salvador Rizo fundidos al unísono -salvo Casillas- en un abrazo y antes sentados alrededor de una mesa en calidad de aspirantes a la candidatura del PRI a la presidencia  municipal de Zapopan, cualquiera puede apostar ya a favor de alguno de ellos o de quien pudiera creerse que no fue convidado o convidada a este encuentro.
Hay quienes consideraron que debieron de estar ahí también los diputados federal y local Valeria Guzmán y Salvador Arellano. Pero yo acoto: ¿Y si quizás no debieron de estar ahí algunos de los que aparecen?
Seis prospectos que buscan abanderar al PRI en la próxima contienda: dos que ya contendieron y perdieron: Jesús Casillas y Salvador Rizo; dos eternos aspirantes a quienes podría ya habérseles ido el tiempo: Abel Salgado y Jaime Prieto; y dos nuevos perfiles que buscan dar la sorpresa: Enrique Torres y Antonio Cruces.
Salvo Cruces Mada, los demás han ocupado ya un espacio legislativo: Casillas, Salgado, Rizo y Prieto como diputados y regidores. Torres como regidor.
Salvo Cruces Mada, el resto tiene un trabajo político en Zapopan; unos más, unos menos; algunos con mejor fortuna y otros con tropiezos; varios con buenos resultados y algunos dejando mucho qué desear. Antonio se integra no precisamente con buenas cartas de recomendación, pero con la ventaja de ser amigo cercano del Gobernador. Y eso cuenta… si no, pregúntenselo a Carlos Trejo.
La reunión y la fotografía tuvieron, en teoría, un propósito: enviar un mensaje de unidad a propios y extraños. Quizás bueno hubiera sido tener un video de lo que sucedió debajo de esa mesa durante el tiempo que duró el encuentro, por aquello de los “golpes por debajo de la mesa”.
Ya llegará el momento en que abordemos nuevamente el contenido de ésta fotografía, pero quiero creer que algunos de quienes aparecen en ella están conscientes de que si acudieron a este encuentro no es tanto porque están convencidos de que se sacarán la lotería, sino porque con ello le apuestan a obtener reintegro. Y eso habla bien de ellos porque reconocen sus limitaciones… o sus circunstancias.
Mientras tanto, juguemos el juego que todos jugamos. Apostemos por adivinar si entre ellos está el próximo candidato del PRI a la alcaldía de la ex Villa Maicera; si es así, quién de todos tiene los merecimientos para serlo; y si los tiene, habrá que ver si le son favorables ante el nuevo escenario de una elección que se presume muy competida.
Pero guardemos esta fotografía. Mantengamos esta imagen para el futuro. Para confirmar si la unidad que ahí presumen son capaces de mantenerla no sólo al momento en que salga el ungido sino cuando haya que trabajar electoralmente para él, porque hay recientes experiencias donde los priistas no trabajaron para los priistas, donde la simulación fue acto de campaña y hasta la emisión misma del voto que se otorgó al adversario o se quedó en casa.
Los seis priistas sentados alrededor de la mesa tabernera, y de pie después, no son el mejor ejemplo de saber trabajar en equipo, y muestra de ello son las derrotas que les ha propinado el PAN y ahora el partido Movimiento Ciudadano. Si lo fueran, varios de lo que ahí aparecen no tendrían colgada la leyenda de “eterno aspirante” o los derrotados hubiesen triunfado.
Ahora se lanzan nuevamente a la aventura. Ya quiero verlos cerrando filas en serio y trabajar todos ellos, con sus respectivos equipos, en pos de llevar al PRI al gobierno, independientemente del nombre y apellido de su candidato.
Al tiempo.