No, el título de esta entrega no se refiere a que el ex rector de la Universidad de Guadalajara ande en busca de un cargo de elección popular, como podría interpretarse.
Más allá de las preferencias electorales y de la reprobable humillación que Ricardo Anaya Cortés le propinó al panismo jalisciense que lo hundió aún más, como parte de su estrategia no sólo por ser el candidato presidencial del PAN sino también por su ambición por llegar al poder, debe aplaudírsele su decisión de llamar a su equipo de colaboradores de campaña a Raúl Padilla López.
Hombre que genera polémica, querido y odiado por propios y extraños, y sin desconocer el papel político que ha jugado desde hace ya varios años como jefe del Grupo Universidad a través del cual ha logrado sumergirse en las aguas internas de los diversos partidos políticos, nadie puede regatearle su extraordinaria labor cultural a través de la Feria Internacional del Libro, Feria Internacional de Cine y del Festival Infantil Papirolas, por mencionar los eventos más ilustrativos y de mayor éxito.
Y por eso, debe reconocérsele al “sincronista” Anaya Cortés -es azul, amarillo y naranja en una misma imagen política- que haya decidido llamar a colaborar con él y escuchar la voz de quien ha dedicado muchos años a la actividad cultural, al designarlo coordinador de Enlace de la Comunidad Cultural de la coalición Por México al Frente.
Sin duda alguna, Padilla López tiene mucho que aportar en materia de cultura y qué mejor que sea al momento en que quien aspira a gobernar el país prepara la elaboración de su agenda sexenal en esta materia. El ex rector de la UdeG está obligado, en reciprocidad a la confianza que le fue conferida, a entregar una propuesta completa que responda a las expectativas y demandas de la comunidad cultural del país.
En su calidad de coordinador de enlace de la comunidad cultural con Por México al Frente, Raúl Padilla está obligado a escuchar, primero, y plasmar después en esa propuesta, la voz de la comunidad cultural del país, comenzando -como lo declaró al periódico Mural– por destinar del presupuesto necesario a la Secretaría de Cultura, que el también ex diputado del PRD estima debería de ser de 37 mil millones de pesos o, como en otros países, el 1% del presupuesto federal.
Los detractores de Padilla López deben de estar tranquilos, pues también declaró al matutino local que no le interesa ocupar un cargo público en el gabinete de Ricardo Anaya si éste ganara las elecciones. Vamos, aseguró que no busca, ni le interesa, ser el titular de la Secretaría de Cultura.
Así, pues, si bien podemos cuestionar sus apuestas políticas partidistas o sus alianzas con sus otroras adversarios, debe de reconocerse y aplaudirse que un jalisciense -no hay otro en ningún equipo de campaña de los presidenciables-, sea tomado en cuenta para elaborar la agenda cultural para el próximo sexenio.
¿O es que sus correligionarios insistirán en jugar el papel del cangrejo, que es el primero en colocarle obstáculos a sus paisanos para que no destaquen más allá de los límites de Jalisco?
Ojalá y no. Al tiempo.