Por Gilberto Pérez Castillo

Emilio González Márquez no se echó para atrás en el cobro de las placas de mil 200 pesos por sensibilidad social, sino porque no pudo imponerlo.

Las motivaciones para permutar el placazo del mil 200 pesos por un refrendazo, que difiera en abonos un pago mayor, no son de sensibilidad ante la difícil situación por la que atraviesa la mayoría de los jaliscienses, sino simple y sencillamente porque los jaliscienses no se dejaron.

Emilio González volvió a excederse al acusar a la gente de falta de solidaridad, en la presentación del Presupuesto 2008 del Gobierno del Estado, porque los jaliscienses no se negaron a pagar los mil 200 pesos por no ser solidarios, sino porque desconfían seriamente de sus gobiernos y porque se niegan a seguir siendo saqueados sin ver resultados claros en su calidad de vida.

Cuando el Secretario de Finanzas presentó ante la opinión pública el proyecto del placazo, nunca justificó que tal ingreso tendría una efecto en la vida de los más pobres. Tampoco Emilio González en sus reiteradas declaraciones en defensa de su intento de imposición dejó en claro que el sacrificio del cambio de placas tendría un efecto directo y claro en la mejoría de las vidas de quienes menos tienen.

Ante su derrota, por su evidente insensibilidad social y por su claro alejamiento de la gente, Emilio González demuestra que leyó mal la reacción ciudadana de rechazo a la imposición del placazo.

Ante los sucesos de Tabasco, como lo han hecho en otras ocasiones, los jaliscienses están dando muestras palpables de solidaridad. En la próximas semanas, en la colecta anual del Teletón, también la gente de Jalisco demostrará su compromiso con los que menos tienen.

Con esto, los jaliscienses le habrán callado muy pronto la boca a un Gobernador que, a menos de un año en el cargo, cada día entiende menos a la gente que gobierna.